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Verde y Morena en poder de Ramírez y “cachanilla”

Lo que se esperaba ocurrió. Con su renuncia al liderazgo del Partido Verde Ecologista de México en Chiapas, Eduardo Zenteno Núñez deja el control absoluto de los cuantiosos presupuestos para las campañas del PVEM, a su acérrimo y odiado enemigo, Eduardo Ramírez Aguilar, quien desde las filas de Morena y junto con el falso “cachanilla”, Amador Rodríguez Lozano buscan controlar ese partido.

 

Minado por la guerra sucia que en su contra emprendió el denominado “jaguar negro”, desde sus días como secretario general de Gobierno y luego como dirigente del Congreso y del Verde, al mismo tiempo, el ex hombre de mayor confianza del gobernador ha caído en desgracia y ahora se refugia en la posibilidad de una diputación local para seguir vigente.

Lo persiguió en una cacería encarnizada y ahí están los resultados nada agradables para quien fuese el hombre más leal de quien manda y que es dominado a ciegas por el comiteco de oscuro origen en su carrera política, la cual allá en aquella comarca es secreto a voces que ha tenido que ver con financiamiento de dudosa procedencia.

Y aunque el “jaguar negro” ya no es verde, la confianza es tal de su patrón, que ahora sin Zenteno de estorbo, sirve como extraordinario conducto para hacer llegar los escandalosos financiamientos para los candidatos del “tucán” encabezados por el ex alcalde de Tuxtla Gutiérrez, Fernando Castellanos Cal y Mayor al gobierno del estado y él mismo como senador por el partido de Andrés Manuel López Obrador.

El poder total en lo electoral y con los dineros que han empezado a despilfarrarse sin ningún recato, desde las oficinas de Ramírez Aguilar, con la ayudadota del ex fiscal de los “ricos polvos”, que en a finales del sexenio de Juan Sabines Guerrero, anunció por todo lo alto, el decomiso de dos toneladas de cocaína, que después diría que se había equivocado y que solamente se trataba de “leche en polvo”.

Los dos son los mismos que operaron en 2015, las elecciones del 2015, con la intención de “pintar de verde” a Chiapas, para reventar al Partido Revolucionario Institucional como todopoderoso en el escenario político del estado.

Todo un escándalo sin ninguna consecuencia, el reparto de despensas, láminas, materiales de construcción y dinero en efectivo, a cambio de los votos que harían del PVEM el partido mayoritario en el territorio chiapaneco, al “triunfar” en 59 Alcaldías de las 122 que tenía el estado.

La férrea resistencia de los priístas a la embestida de varios miles de millones de pesos, para comprar conciencias, no logró su propósito de tener al cien por ciento las presidencias municipales y si en cambio prolijó la inconformidad que ha llevado a enfrentamientos violentos y con elevados saldos rojos en la Zona indígena de Los Altos de Chiapas.

El ex fiscal de Sabines Guerrero sería el operador financiero y junto con Ramírez Aguilar se dedicarían a la compra de conciencias, al pagar al elector de 500 a mil 500 pesos por su voto.

Era tal la paranoia desbocada de estos personajes, que no respetaron en ningún momento la opinión de la gente e impusieron a candidatos incondicionales, no necesariamente con arraigo en las comunidades de su origen.

Por aquellos días, el reparto en manos de “zanja negra” y “cachanilla”, del pastel que había preparado desde sus tiempos de dirigente estatal del verde, Eduardo Zenteno Núñez, y que como ahora sería sacado de la jugada del manejo y reparto de todo.

La llegada de Zenteno como bateador emergente al mando del PVEM, a la salida de “zanja negra”, para pasarse a las filas de Morena, previa negociación al más alto nivel, en la que no participó, le permite con holgura poder servir a su amo principal y al nuevo de origen tabasqueño.

De animal a animal, el entendimiento entre un “peje” y un “jaguar negro” de pacotilla, que evidencia el doble juego de quien manda en Chiapas, previendo el cubrirse las espaldas al terminar su chamba de seis años como mandamás.

Amador Rodríguez Lozano, se ha convertido desde su arribo a Chiapas con el corrupto de Juan Sabines Guerrero, en un vividor de los dineros del pueblo chiapaneco, que maneja a su antojo y abiertamente, sin que hasta ahora la Fiscalía Especializada Para la Atención de  Delitos Electorales (FEPADE), de la Procuraduría General de la República y el mismo Instituto Nacional de Elecciones intervengan para investigar el origen de tan escandalosos recursos.

Juan Pueblo cree que tan inmensos recursos han salido y siguen saliendo de las arcas oficiales, aunque también supone que de manera complementaria, el crimen organizado podría estar atrás de todo este manejo ilícito.

Mucha plata en juego desde 2015, que ha repercutido negativamente en el funcionamiento de las dependencias del gobierno, al desviarse los recursos originalmente destinados para la compra de medicinas, equipos médicos y construcción de centros de salud, el pago de proveedores o la obra pública.

Un gobierno con graves problemas de escasez de liquidez, que obliga a constructores y proveedores de servicios, con los que se tienen deudas millonarias, a hacer colas interminables en las oficinas de pago, donde se les trata como limosneros, no obstante ser empresarios respetables, que lo único que demandan es el pago de sus facturas con retrasos por demás absurdos.

Esa es la historia de Chiapas actual, la del cochinero, donde prevalece la corrupción y la impunidad, que lo mismo han subrayado los aspirantes a la gubernatura Roberto Albores Gleason, José Antonio Aguilar Bodegas y Jesús Alejo Orantes Ruiz.

Río revuelto en el que Eduardo Zenteno Núñez sólo figuraría como decoración del tinglado bajo control de Rodríguez Lozano y Ramírez Aguilar, que está enloquecido por el poder absoluto que le otorga su jefe, al grado de marginar al candidato de Morena al gobierno estatal, Rutilio Escandón Cadenas, en la propaganda que ha mando a instalar en los vidrios traseros y combis del transporte colectivo en la entidad, donde aparece únicamente con “el peje”.

Ante esa circunstancia que prueba nuevamente el oportunismo de “zanja negra”, el aspirante a gobernador se ha visto en la necesidad de colocar su propaganda, en la que aparece su nombre, en las defensas traseras de los automotores del servicio público de transporte.

Eduardo Zenteno ha sido humillado por enésima vez. En medio de su enloquecimiento, Ramírez Aguilar ha festejado la derrota del principal aliado del gobernador, desde sus tiempos de diputado local, diputado federal y senador.

Según su percepción, va por más y no duda en que estará en el Senado, con los votos que podrá comprar para ser elegido en los comicios del 1 de julio. Amador Rodríguez Lozano, es la garantía de cumplimiento del objetivo.

Verde y Morena juntos, para reventar al PRI y a su candidato Roberto Albores Gleason. En menor escala, el interés por José Antonio Aguilar Bodegas, del que saben enfrenta graves problemas financieros para sacar adelante su campaña.

Todo canalizado a favor de Fernando Castellanos Cal y Mayor, sin el menor recato, sabiendo que tiene el tiempo en contra, al postularse después, por lo que con toda la fuerza del dinero, se desplaza contra reloj por la geografía estatal para darse baño de pueblo, que lo conozcan por lo menos, pues ni siquiera sabían de él, hasta ahora, ya que sus corrales han estado en Tuxtla Gutiérrez, como alcalde y diputado local.

Castellanos no conoce la geografía estatal y menos su problemática, pero como es el favorito del que manda, está confiado en que “con toda la fuerza de su compadre y amigo”, la elección de Estado se realice a su favor el primer domingo de julio.

SI NO QUE SE DEMUESTRE LO CONTRARIO…