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LOS ESCENARIOS DE TRUMP

Columnas
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Leer la historia de los hombres del poder involucra a su vez la visión de la moral de una época. Suetonio en los Doce Césares narra las corruptelas de los personajes que cubrieron una parte importante de la dirección del poderoso imperio romano de la antigüedad. Maquiavelo devela los excesos de los señores, príncipes y del Papado al surgir el Renacimiento. Los caprichos de los monarcas absolutos nos hablan de seres que jamás pudieron imponerse  asimismo a los limites de sus excesos, sin embargo, sus órdenes por absurdas que fueran resultaron ejecutadas al pie de la letra. Con la Asamblea Francesa resultado de la Revolución la guillotina trabajaba las 24 horas para la ejecución de los sospechosos de ser enemigos de la revolución.

Al siglo XX arribamos en un momento en el que cuatro figuras siniestras fueron justificadas por las masas como fue el caso de Mussolini, Hitler, Stalin y Mao Tse Tung y a sus palabras siguieron hechos que llevaron a millones a guerras inimaginables. Hoy el mundo ve el pasado como si todo eso no hubiera sido advertido y un buen número de gentes aún admira a estos sujetos y lo más importante es que en cada caso estas formas de arbitrariedad fueron seguidas por burdos imitadores en los países periféricos donde sembraron su influencia y fomentaron la intolerancia, la rapiña y la violencia.

Hoy me pregunto ¿cómo pudo surgir Donad Trump? Un sujeto de origen de migrantes pobres procedentes de Alemania, cuyo abuelo fue proxeneta, su padre un sujeto que creció entre los negocios de la mafia y donde él hizo su fortuna mediante fraudes y casinos, con quiebras sucesivas, con venta de cursos fraudulentos, con una ambición desatada y una misoginia que llega al grado de sentir placer por ofender a una mujer o tomarla como si fuera prostituta. Todo esto con una enorme impunidad, lo que lo llevó de sus sucios negocios nada menos que a comprar la presidencia de los Estados Unidos, pues jamás ha pertenecido ni al partido demócrata o al republicano, pero obtuvo mediante un hábil manejo de mercadotecnia política la nominación y de ahí a la presidencia.

Ahora me pregunto ¿puede alguien manejar un Estado desconociendo su naturaleza y propósitos? La respuesta por desgracia es afirmativa y la formula repetida hasta el cansancio consiste en sustituir las instituciones por creencias; el juicio conforme a derecho por el descrédito del contrario mediante la calumnia y el insulto soez; la comunicación e información por el uso indiscriminado de redes sociales y el manejo de la popularidad como indicador de satisfacción social al constituir en la base de todo argumento la creación de mitos de aceptación colectiva. Es ahí donde el falso consenso termina pervirtiéndose y el sueño ilusorio se vuelve pesadilla cuando hay que asumir los costos. Pero ya es demasiado tarde. Es evidente que Donald Trump surge de la decadencia del sistema bipartidista; de la crisis por los errores de una clase política que por décadas ilusionaron a las masas cuyas promesas terminaron diluyéndose y el vacío se llenó con nuevas fantasías y una plataforma tecnológica que las sustentara.

Es curioso pero lo que ha hecho Trump en su primer periodo seria suficiente para que nunca hubiera sido candidato siquiera a una alcaldía, pero es el presidente y curiosamente son los sectores más conservadores los que lo llevaron a la Casa Blanca. Repasemos tan solo algunas de las acusaciones: es el único candidato y lo que es peor el presidente que no ha hecho públicas su declaración de ingresos. Ha sido acusado de pago a prostitutas; de ofensas mayores a mujeres con las cuales  ha violentado al grado de introducir sus sucios dedos en sus vaginas; ha hecho negocios no claros como la Torre Trump de Moscú o transformar el edificio histórico de correos de Washington en parte de su cadena hotelera. Ha hecho pagar sus errores a los colaboradores a quienes ha ordenado sus fechorías. Pero lo más grave ha sido el Rusia Gate y hoy el Ucrania Gate, y de la primera salió impune y de la segunda podría resultar algo semejante. Pero lo más importante él ha usado el odio entre minorías para imponerse y dividir cualquier opción alterna, con lo cual, con una minoría selecta estratégicamente distribuida podría volver a ganar la reelección.

Quiero decir con esto que para Trump no todo el panorama es adverso, una opción podría ser negociar su no presentación a la elección del 2020 a cambio de un indulto del Senado de mayoría Republicana e iniciar el juego por la nominación de ese partido a otras figuras no afines al presidente. El riesgo es que el presidente incumpliendo su promesa decidiera crear una opción al margen de ambos partidos hasta ahora dominantes. La segunda seria presionar al Senado y a su representación Republicana a que lo apoyaran, pero con esto el costo para los republicanos seria enorme y para Trump seria confirmar su nominación republicana. La tercer opción es manejar un atentado a la nación lo que llevaría a no buscar debilitar a Norteamérica frente alguna amenaza, lo que lo fortalecería con poderes extraordinarios como fue para George W. Bush con el atentado del 11 de septiembre.

Sin embargo hay también la opción de que los Republicanos sacrifiquen a Trump para salvar sus traseros, en cuyo caso seria depuesto y el problema central seria que el vicepresidente Mike Pence es más conservador que Trump y por supuesto él seria considerado como el candidato alterno a la presidencia, lo que no desbloquearía el conflicto, sino lo volvería más encarnizado. El otro escenario es que al involucrar la mancuerna Trump – Pence en el mismo juicio ambos saldrían de sus puestos pero ahí quedaría como candidata natural Nancy Pelosi presidenta de la Cámara de Representantes de mayoría Demócrata y eso se vería por tanto como inadmisible, pues seria el fin del Bipartidismo.       

En efecto, la moral en la política esta muerta y hoy el cinismo y la ambición sustituyen a la razón que nada puede hacer frente  a poderosos intereses. Tal vez por eso a Calígula lo tuvo que sustituir Claudio y en el caso de Estados Unidos fue necesario primero obligar a la renuncia al vicepresidente Spiro Agnew pocos meses antes de que Nixon dimitiera, permitiendo que un Republicano como Gerald Ford llegara desde la Cámara de representantes a calmar los ánimos justo en el momento de Watergate y próximo al aniversario numero 200 de la nación americana, la cual celebró con un presidente y vicepresidente no electos por la ciudadanía, una mancha que Norteamérica aún lamenta pues en el 2026 Estados Unidos deberá conmemorar su aniversario 250 bajo la sospecha hacia los políticos espurios, inmediatos y sin moral para guiar al poder más grande que la historia haya conocido, con lo cual lo amoral se verá reflejado en su decadencia. Porque en el fondo cuando la gran Moral y la Política se disocian la violencia y el cinismo terminan siendo el único recurso del poder.