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Las mentiras sanitarias de Rutilio Escandón en Chiapas

Imitar, adular y promocionarse es gobernar

Los datos del coronavirus en México y Chiapas son dramáticos. Se esconden las cifras de contagios y muertes y la escasez de pruebas alteran dolosamente los resultados en pérdidas de vidas humanas. El gobernador Rutilio Escandón cree que adular y ser protagónico mediático es gobernar.

Todos los días en Chiapas los diarios dan cuenta en primera plana de mentiras y logros inalcanzados. Sólo tiene un afán: quedar bien con su Presidente y reconocerle méritos y aptitudes que todavía no se han podido demostrar. Si López Obrador llega a Chiapas de cachucha Rutilio se la pone también. Si se viste de guayabera Rutilio lo imita. Si llega de camisa Rutilio así se viste también. Si el Presidente no usa cubreboca, Rutilio se siente inmune al coronavirus. Y así los etcéteras de la adulación y los medios a disposición dan cuenta de un gobierno sin resultados.

Los datos del Covid-19 en Chiapas exhiben a un gobierno insensible y sin sustento para mantener la farsa de un semáforo verde inexistente. Ojalá no haya que lamentar un genocidio sanitario en Chiapas con dos únicos responsables: Rutilio Escandón y José Manuel Cruz Castellanos, el chafirete turista del Sahara y motivo de mofa nacional por su estupidez permanente.

Tan sólo algunos datos de la tragedia chiapaneca son irrefutables, contrario a lo publicitado por un gobierno fallido.

1.- Se presume que el hospital Belisario Domínguez del ISSSTE,  en Tuxtla Gutiérrez, es artífice de la salud y la salvación de cada enfermo. Falso. El Belisario nunca ha sido hospital de Covid. Por el contrario, se considera híbrido y no tiene ni por asomo la capacidad física, ni de recursos humanos ni materiales para ser un verdadero hospital Covid.

2.- Resulta alarmante que los hospitales públicos tienen cientos de enfermos y no hay forma de darle atención a los usuarios por la falta de instalaciones y personal médico y de enfermería. Ya en este espacio hemos dado cuenta con nombre, apellido, ciudad  y lugar de ubicación de las decenas de muertes entre médicos y personal de enfermería  heroicos, por falta de equipo adecuado para atender a los afectados de Sars-Cov-2.

3.- Sin ningún recato y sin respeto a la vida de los chiapanecos, Rutilio Escandón ordenó el traslado de 50 trabajadores de la salud a México para atender a pacientes sujetos a semáforo rojo. Había que recordarle al doctor Escandón que en vez de quedar bien con el Presidente, la vida de los chiapanecos es lo primero.

4.- Lo grave es que con esa aportación se engaña también a los pacientes de la capital mexicana. Los emigrados sanitarios son médicos generales sin empleo y sin experiencia que por necesidad tienen que arriesgar la vida. Pero además, el sueldo no lo paga el gobierno de la Sheinbaum, sino que es con cargo al erario chiapaneco.

5.- La comunidad médica y científica de Chiapas opina que el semáforo verde es una falacia. Lo correcto, ético y honesto es cambiar de semáforo verde a naranja, bajo riesgo de que cuando sea demasiado tarde se pase directamente al semáforo rojo.

6.- El centro de convenciones de Tuxtla Gutiérrez ha sido habilitado como clínica Covid. Lo malo es que paciente que llega paciente que muere por la saturación, la falta de personal capacitado y de insumos médicos. Y ojo. En Chiapas, no Tuxtla, sólo se cuenta con una clínica privada con buena tecnología y personal médico capacitado, pero sólo con cinco camas disponibles.

7.- En la primera semana de enero de 2021 se trató de llevar en ambulancia aérea a la ciudad de México, Monterrey y Guadalajara a un infectado de coronavirus. Ese evento evidenció la tragedia nacional. En esas ciudades no hay cupo en los hospitales privados y la lista de espera anuncia que cuando toque turno los pacientes ya están muertos.

Esto es lo que opina la comunidad médica y científica de Chiapas. No son las adulaciones ni los medios que acostumbra “el gobernador de todos los chiapanecos” como se resuelve la tragedia sanitaria Covid.

Pero ese severo llamado de atención al gobierno rutilista, la comparte la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Chiapas, cuando textual acusa al sedicente gobierno de Rutilio Escandón: “El semáforo verde ha dado la falsa ilusión de que la pandemia está bajo control. Muchas personas han muerto o están gravemente enfermas de Covid.”

“Exigimos (sic) a las autoridades federales, estatales y municipales revisar y corregir su estrategia sanitaria para el control de la epidemia en Chiapas.  El pronunciamiento no es asunto menor. Participan en la organización empresarios destacados y de prestigio indiscutible, preocupados por la grave crisis  por la que atraviesa Chiapas.

Incluso, dentro del personal médico, el secretario de Salud José Manuel Cruz Castellanos goza de cabal desprestigio. Corrupto por las compras amañadas sin licitación a empresas tabasqueñas y puntualmente denunciadas por la diputada Olvita Palomeque. Mentiroso al ocultar y alterar las cifras de contagio y muertes por Covid. Inepto al no poder controlar el Covid que según su deformada visión se encuentra superado. Ignorante al confundir chafirete con loco y las arenas del desierto con turistas extranjeros.

Priva así, entre médicos y enfermeras que Cruz Castellanos está afectado de sus facultades mentales. Lo cierto es que si no está loquito ¡qué desperdicio de cara!

Se suma a la condena de irresponsabilidades del gobierno de Rutilio Escandón, el gobernador del estado de Michoacán Silvano Aureoles Conejo. Acusó directamente a las autoridades de Chiapas (léase Rutilio Escandón y José Manuel Cruz Castellanos) de inventar (sic) sus estadísticas como forma perversa (apreciación del suscrito) para controlar la pandemia y mantener en calma a la población, además de quedar bien políticamente. ¿Con quién? Pues con AMLO al que imita en todo. Indolente a los chiapanecos les vale madre. Lo documentaremos en su momento.

Aureoles Conejo no sancionó en el aire la actuación de las autoridades de Chiapas. Por el contrario, explicó que el gobierno de Rutilio Escandón guarda una situación crítica severa, pues como aquí hemos documentado, el control de los contagios y defunciones no cuentan con registros certeros como para presumir un semáforo verde inexistente.

El mandatario michoacano acusó de homicida al gobierno de Rutilio Escandón: “Eso es falso (semáforo verde y control de la pandemia) están mintiéndole a la gente nada más por quedar bien y seguir la normativa de que no pasa nada, pero están (en Chiapas) en una situación muy crítica”. “Pese a llevar a la contraria a los índices oficiales, en un futuro se sabrá que cometieron un error” y calificó como “un crimen que se juegue así con la salud de la población.”

Y en el exceso, el gobernador Escandón ordenó encarcelar al doctor Vicente Grajales Yuca, uno de los médicos más capacitados para atender los contagios del Covid.  Como dijo el doctor Hernán León Velasco, prestigiado urólogo, poeta y ensayista: “Es como si en una guerra se prescindiera de los mejores soldados.”  Imperdonable que una cuestión personal obligó a la intervención del propio presidente López Obrador y poner como intermediaria a la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero.

Queda pues en claro que imitar y adular no es gobernar. Para López Obrador todo está bajo control, igual que Rutilio Escandón. Ampliaremos…