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Columnas
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LA CUIJA VERDE Y EL DIABLITO.

Se juntan los traidores del 2018…

¿Se la deben a Albores Gleason?...

Satanás operando para su hijito…

 

Vuelve el Cártel de Manuel Velasco…

VUELVEN LOS DEPREDADORES…

La política es el arte de trabajar en beneficio de las mayorías y los demás sin distinción de partido, raza, religión, ideología o situación económica. Pero una cosa es la definición y otra la realidad que se vive con los políticos e inclusive con los gobiernos que se distinguen por la protección de sus intereses.

Resulta que en la política no hay lealtades, colores, ideologías ni amigos, solo intereses. Es la máxima aquella de que “Muera el Rey; Viva el Rey” y “con el campeón hasta que pierda”. Recuerdo que cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI) era la “aplanadora” “invencible” y “carro completo” (1929-2000) hasta que perdió la Presidencia de la República, todos querían subirse a esas siglas; pero cuando cayó  y se fue hundiendo, “las ratas fueron abandonando  el barco”.

La elección del año 2000 pegó en el ala de flotación del barco tricolor, perdiendo por primera vez la Presidencia de la República, sufriendo la desbandada de sus militantes privilegiados hacia las filas del Partido Acción Nacional y el gobierno de VICENTE FOX QUESADA (2000-2006) y luego con FELIPE DE JESÚS CALDERÓN HINOJOSA en el período 2006-2012. En Chiapas se fueron al PRD con PABLO SALAZAR y en el siguiente sexenio al gobierno de JUAN JOSÉ SABINES GUERRERO, por cierto, son los dos primeros traidores a las siglas del PRI que habían usufructuado con muchos beneficios las siglas del tricolor revolucionario.

La historia de traiciones a los colores, ideología y estatutos del PRI es larga de personajes que después de servirse y obtener cargos de elección popular (diputados locales, federales, senadores e inclusive gobernadores) saltaron la barda y se fueron a otros institutos políticos. Los primeros y más significativos en Chiapas fueron PABLO SALAZAR y JUAN SABINES GUERRERO; pero también hay una lista de entonces diputados que dejaron las siglas por conveniencias personales y compromisos con el poder.

Viene a cuento el tema por el “escándalo” desairado, sin interés político y poca trascendencia que causó la renuncia de ROBERTO ARMANDO ALBORES GLEASON “El Diablito” a la militancia del PRI, después de ser diputado Federal, Senador de la República, Presidente del Comité Directivo Estatal del  partido e inclusive candidato al Gobierno del Estado que perdió en la elección del 2018 con las siglas del tricolor.

ALBORES GLEASON “el hijo de Satanás”, el ex Gobernador de Chiapas, ROBERTO ALBORES GUILLÉN, fue dirigente del PRI-Chiapas desde el año 2009 hasta el 2014, renunciando para preparar desde la senaduría que ostentaba su candidatura a Gobernador con las siglas del tricolor en alianza con el Verde Ecologista que le había prometido el entonces Gobernador MANUEL VELASCO COELLO, quien más tarde lo traicionó  por  aliarse con LÓPEZ OBRADOR,  Morena y blindarse de una posible carpeta judicial y encarcelamiento debido a su escandaloso gobierno de corrupción y saqueo.

El “Diablito” ALBORES GLEASON fue diputado federal y a la vez suplente de MANUEL VELASCO COELLO en la Senaduría que ostentó “La Cuija Verde” en el período 2006-2012, renunciando a ocupar la curul cuando el GÜERO VELASCO se postuló para la gubernatura 2012-2018. Sumiso ante el “Hijo de la Reina Roja”, LETICIA COELLO GARRIDO, “El Imberbe Diablito”, dejó que lo manoseara el Gobernador y le impusiera las reglas del juego sucio y perverso.  

Fue la dirigencia de seis años (2011-2017) de ROBERTO ALBORES GLEASON  que había sido electo para el período 2011-2015, la que le puso el primer clavo al ataúd del PRI cuando se entregó y entregó el partido al jefe del “Cartel de la Cuija Verde”, entonces Gobernador de Chiapas, MANUEL VELASCO COELLO, para quedar bien con él y ser su “seguro sucesor” en la oficina principal del primer piso del Palacio de Gobierno, que se frustró en el camino. 

Al junior ALBORES GLEASON siempre lo señalaron de soberbio, intransigente y falto de capacidad política que a su señor padre ROBERTO ARMANDO ALBORES GUILLÉN le sobra. Pero en la lucha por mantenerse en el poder, traicionaron al tricolor durante las elecciones del 2006, aliándose al candidato del Gobernador PABLO SALAZAR MENDIGUCHÍA, JUAN JOSÉ SABINES GUERRERO, creando la organización política, “Fuerza Democrática”, redactándole para su plataforma electoral el “Plan de Desarrollo Estatal” y lanzando la llamada “Declaración de Comitán” con el que rompieron sus relaciones con las siglas del PRI.

Los personajes del averno ya habían roto con el PRI en 2006, pero volvieron para que “El Diablito” fuera dirigente del PRI, a pesar de todo lo antes sucedido y sostenerse dos años más allá de su período estatutario, además de erigirse en candidato al gobierno del Estado que por cosas del karma, perdió con la traición de su jefe “La Cuija Verde”.

Ahora anuncia su renuncia a la militancia del PRI, precisamente ante el actual dirigente estatal, RUBÉN ANTONIO ZUARTH ESQUINCA, quien fue su suplente y relevo en la Senaduría (2012-2018) y que por mera coincidencia, tampoco es bien visto como Presidente del CDE del Revolucionario Institucional en Chiapas. ROBERTO ARMANDO ALBORES GLEASON regresa a los brazos de su verdugo y dueño del Partido Verde Ecologista de México, MANUEL VELASCO COELLO, quien seguramente le ofreció la candidatura a Senador o de ser posible ya negociaron que sea de la lista nominal. Pues con los entes del averno: “Satanás” y “El Diablito”, no se juega…

Se acabó el mecate… Y ES TODO…