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El derrumbe de Manuel Velasco y Eduardo Ramírez

En política, tarde o temprano, las traiciones se pagan. Aún así, Manuel Velasco Coello y su títere Eduardo Ramírez Aguilar, no lo entienden y siguen cavando desesperadamente en los días de enero, la tumba de su futuro personal, que seguramente no será nada halagüeño después del 1 de julio, en que el cobro de las facturas será radical en el centro del país hacia ellos.

 

Está molesto el gobernador con el Presidente Enrique Peña Nieto, porque no le cumplió, como en 2012, su capricho de subordinar al Partido Revolucionario Institucional al Partido Verde Ecologista de México, que en Chiapas tiene con él y de manera cada vez menos trascendente, el único bastión importante en el país.

Peor todavía, que no lo haya complacido apoyándolo para que su favorito “el jaguar negro” sea el candidato de la coalición que hace unos días se firmó entre las dirigencias nacionales del PRI y PVEM, acompañados del Partido Nueva Alianza (PANAL), que en conjunto han postulado como su abanderado a la gubernatura chiapaneca, al senador con licencia Roberto Albores Gleason, que este lunes se registrará oficialmente e iniciará campaña mañana martes 23 de enero.

Del “güero” sólo queda un joven aún, tirándole a “madurito” y aspirante a político, negro de coraje, de una bilis que le corroe el hígado, la vesícula y todos los demás órganos de su cuerpo, por no imponer a quien manda en el país, a su caprichito “zanja negra”.

Y qué decir del prieto “lalo”, ese comiteco de oscuro historial en su financiamiento de origen como “político” en su natal Comitán, donde es un secreto a voces, que si el “Tío Gil”, si viviera, podría contar y mucho, pero que para “la buena suerte” del “jaguar”, murió en Estados Unidos, a donde fue extraditado a petición de la Agencia Antidrogas estadounidense, después de ser aprehendido el año pasado por la Interpol en el aeropuerto La Aurora de Guatemala, al pretender viajar a Europa.

Pacto en la cima, de ir sumados a la contienda por gubernaturas, senadurías y diputaciones federales en 16 entidades del país, que le han derrumbado todos sus castillos de fantasía tanto a Manuel como a su testaferro Eduardo, y cuyas reacciones extremas motivan todo tipo de comentarios en los medios políticos, periodísticos y en general de la ciudadanía, que observan cómo el “jaguar negro” cumple las consignas de su jefe e inicia con carácter de ya, una “rebelión” inédita en la entidad.

Se sabe, que atrás de todo este engranaje de “insurrección” con todos los tintes de chantaje, ya absolutamente fuera de lugar, está “el señor de los polvos”, el ex fiscal Amador Rodríguez Lozano, “cerebro político” del ex mandatario Juan Sabines Guerrero, de la mano de Nemesio Ponce Sánchez, el “salva vidas” del también compadre de Velasco Coello.

Sabido de que no hay vuelta de hojas, porque los han frenado abruptamente, sin anuncio de por medio, Manuel acata las recomendaciones del frustrado potosino de Rodríguez Lozano, que no pudo, por su desarraigo, ser gobernador de Baja California Sur por el PRI, hoy utiliza y manipula, para su desquite personal de paso, al inverde gobernador chiapaneco para convertirlo en un kamikaze, llevando por delante a su líder del Congreso y del PVEM estatal.

Están jugando con fuego y se van a quemar, en medio de su locura por aferrarse a lo imposible, negándose a aceptar que la decisión está tomada y que no hay de otra más que aceptarla. Disciplina, diría el zoque de Copoya,  que la soberbia del príncipe “güero” y su lacayo no conocen.

Manuel, ya lo hemos dicho en este espacio, cae de su pedestal sin paracaídas, está en franca decadencia por la incredibilidad y desconfianza en su personal, al faltar a miles en el cumplimiento de promesas que será imposible que cumpla en lo que le resta del sexenio, arrastrando todo a su paso, incluyendo el PVEM.

A tontas y locas, la echada de leña demasiado seca a un fogón que ya no prenderá como antes, cuando su popularidad personal prefabricada por su compadrito gobernador, le hizo ganar la elección en 2012, financiado y ayudado en los conteos, por su querido Juan Sabines Guerrero.

Manuel está acabado. Las imágenes fotográficas difundidas en las primera planas de los periódicos chiapanecos, de su última gira al lado de Rosario Robles Berlanga, la secretaria de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano, para supervisar el avance de obras a favor de damnificados por el terremoto del pasado 7 de septiembre, así lo demuestran, con un Velasco Coello desencajado, serio e ido.

La visita de la funcionaria federal sirvió, por instrucción de Los Pinos, para venir a leerle en corto, la orden presidencial de acatar el acuerdo de Coalición que encabezará el PRI, ya que de lo contrario, otra será más adelante la actitud hacia este aprendiz de virrey.

Pero al mandamás chiapaneco no gustó para nada que los sometieran, por lo que después de consultar a su gurú Rodríguez Lozano, quien de nuevo vive en Tuxtla Gutiérrez, como todo un jeque a costillas de los chiapanecos,  hizo sonar los tambores de guerra hacia su servil líder congresista “zanja negra”.

La primera orden consistía en que grabara un video e hiciera una declaración oficial, en la que condenara    “los acuerdos cupulares” en la capital de la república, en la que participaron Enrique Ochoa Reza, por el PRI; Carlos Alberto Puente Salas, por el PVEM y Luis Castro Obregón, por el PANAL.

No solamente así lo hizo, sino que convocó a la rebelión a “toda la militancia verde en Chiapas”, para salir a las calles y plazas para inconformarse por esta “imposición”, la cual fue acatada entre otras prominentes “figuras verdes” como Rosario “chayito” Vázquez Hernández, síndico del ayuntamiento de Tapachula, que mensualmente “recauda” 8 millones de pesos por “cuotas” a los miles de ambulantes de la ciudad, además de la alcaldesa de la fronteriza Suchiate, Matilde Espinoza Toledo, “la loba”, señalada como traficante de actas de nacimiento a favor de centroamericanos y trata de personas, con ganancias millonarias, que combina con sus constructoras al servicio de los gobiernos del estado y municipal. Ambas son comadres del “güerito”.    

Todas unas grandes fichas que juega a favor del “compa Meme”, por los jugosos negocios que han hecho a favor de la causa verde, desde que Velasco Coello era diputado y líder de este partido que lo llevó a unas alturas que nunca se imaginó.

Manuel patalea y hace berrinches, cual menor de edad, en solitario, acuartelado en “El Mirador”, desde donde observa las acciones “desestabilizadores” de su hijo putativo Ramírez Aguilar, quien el sábado mañana programó la conferencia de prensa en que los diputados del PVEM, que son mayoría en el Congreso chiapaneco, renunciaron a su “militancia” en el “tucán”, para declararse “independientes”, repudiando la designación del priísta Roberto Albores Gleason, como candidato al gobierno estatal.

Al estilo del policía chino, misterioso y tonto, “lalito” se abstuvo de estar presenta, para anunciar este domingo que renuncia al liderazgo del PVEM estatal, así como del Congreso, para lo cual convocaría a sus acarreados de siempre de las colonias populares, que mediante perifoneo les ofreció 300 pesos a cada uno, por asistir, apoyados por transporte pagado y torta adicionales, a la explanada del parque central a participar en el “mitin de la dignidad y contra la imposición”.

Estuvieron ahí los acarreados de los municipios aledaños a Tuxtla Gutiérrez, pero ni así pudo llenar el espacio de la “protesta”, con lo cual prácticamente el “jaguar negro”, está ya fuera de toda posibilidad de continuar vivo en la política y sin en cambio con una reservación VIP en el penal del Amate, que construyera otro de sus padrinos, Pablo Salazar, que ya probó a qué sabe lo amargo de estar encerrado por sus corruptelas.

Manuel Velasco Coello está también en esa dirección, si se destapan las investigaciones de la Auditoría Superior de la Federación, que contabilizó en 2017, a poco más de tres mil funcionarios del gobierno estatal, en situación de actos de corrupción. Gracias a las componendas con Eduardo Ramírez Aguilar y sus incondicionales del Congreso, la mayoría de los 122 alcaldes, 80 “verdes” no han comprobado el ejercicio presupuestas del primer año de gestión, y ya andan calientes con reelegirse o ser candidatos a diputados locales o federales. Habíase visto tanta corrupción.

Diría el columnista al presidente Enrique Peña, que si quiere empezar a hacer efectiva su lucha anticorrupción, Chiapas es un excelente lugar para empezar, y así poner a temblar a más de uno de la cabeza a los pies, de ayer y hoy. 

SI NO QUE SE DEMUESTRE LO CONTRARIO