En las redes sociales se exhiben los excesos de arbitrariedad de la fiscalía.
Ahora en la ejecución de una orden de aprehensión en un restaurant de mariscos.
La policía violó el debido proceso al no mostrar la orden del juez.
Lo paradójico es que el fiscal general habla de cero tolerancia, pero es omiso de
los actos delincuenciales que sus colaboradores cometen a diario en Chiapas.
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