AMLO, ganar sin importar los medios

Editorial
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Andrés Manuel López Obrador es la figura de oposición más importante en el país. Desde al año 2000, en que se convirtió en el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, se encuentra en una campaña mediática permanente con el fin de ganar la presidencia de la república a cualquier precio.

 

En estos 18 años, AMLO ha mantenido un discurso de crítica al gobierno, lo que le permitió convertirse en un muro de contención que evitó que los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón tomaran las medidas desnacionalizadoras que logró Enrique Peña Nieto, con la alianza del PRD y el PAN, que junto con el PRI, establecieron el Pacto por México, que permitió que el Congreso de la Unión aprobara las reformas estructurales que se venían proponiendo desde los años 80s del siglo pasado, sin que se presentaran condiciones políticas favorables para hacerlo.

En su trayectoria política, AMLO ha demostrado dos cosas: su pragmatismo político y su definido proyecto personal en alcanzar la presidencia de la república.

En las elecciones del 2006, las encuestas mostraron que claramente fue el favorito del proceso, pero ahora se sabe, que el presidente Vicente Fox, intervino con los medios a su alcance para evitar el triunfo electoral, que terminó, con muchísimos visos de ilegalidad, favoreciendo a Felipe Calderón.

En el 2012, después de 12 años de gobiernos panistas muy desafortunados, por sus pobres resultados,  las circunstancias políticas del país definieron la encrucijada del retorno del PRI o el acenso de AMLO. El resultado fue el apoyo presidencial a favor del candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, que ganó la presidencia en medio de los señalamientos de un fraude político, a través de la compra de votos que se realizó con la distribución del monedero electrónico Monex.

Hacia el proceso electoral del 2018, AMLO se perfila nuevamente como el candidato favorito y la crisis económica y la crisis del presidente le favorecen como nunca. Las condiciones sociales del país también le son ahora favorables. Sin embargo, AMLO ha tomado decisiones cuestionables, debido sobre todo a su pragmatismo político y a su irrefrenable deseo de ganar la presidencia descuidando las formas.

En agosto del 2016, AMLO ofreció una amnistía anticipada a los grupos de poder, una vez que gane la presidencia de la republica en el 2018, en el que no habrá represalias ni persecución contra quienes se han beneficiado del poder. Este comentario resultó polémico, por la connotación de perdón a quienes han dañado el futuro de la nación, pero también significó un argumento político, que buscaba detener la ola de ataques a su persona, por la difusión de las inconsistencias detectadas en su declaración 3de3.

Otro momento poco afortunado para AMLO, fue en el mes de octubre del 2016, cuando el EZLN y el Congreso Nacional Indígena propusieron una consulta para consensuar a una mujer indígena como candidata a la presidencia de la república. Los ataques a esta propuesta no se hicieron esperar por personeros identificados al proyecto de AMLO, en el que se proponía una candidatura de unidad, en el que obviamente AMLO es el candidato. A la fecha, los asesores de AMLO y los grupos de MORENA nunca entendieron las razones del EZLN para proponer una candidata a la presidencia. Sólo ven un lado de la moneda, el EZLN no quiere a AMLO y peor aún, lo señalan como igual al PRI y al PAN. En esta perspectiva pierden la visión de lo esencial; ¿Cuál es el distanciamiento del EZLN y el CNI a la candidatura de AMLO? Y la respuesta es que en el proyecto de AMLO no está presente la defensa del territorio de los pueblos originales y tampoco resulta fundamental la cuestión de las autonomías de los pueblos indígenas y peor aún que AMLO está de acuerdo con los macroproyectos mineros, que afectan al territorio de los pueblos indígenas.

Un tercer momento polémico de AMLO, está en la alianza con TV Azteca y el de entregarle la secretaría de educación a esta empresa a través de Esteban Moctezuma Barragán. Esta alianza no le favorece ni a AMLO ni a MORENA por lo que representa la familia Salinas Pliego, pero además convierte en irresoluble un posible acuerdo con los grupos ligados en torno al CNI, pues confirma la ausencia de visión sobre la defensa del territorio, en donde las empresa televisora tiene fuertes intereses en la explotación minera.

El cuarto desacierto de AMLO es la alianza con el PES, un partido ultraconservador, que muestra nítidamente la verdadera ideología de Obrador, que lo hace repetir estúpidamente que hay derechos humanos que van a ser sometidos a consulta, como el derecho al aborto y al matrimonio igualitario.

Un quinto desacierto de AMLO se encuentra en sus alianzas en Chiapas con el gobernador Velasco Coello, que sin duda le garantizan votos, pero son votos ilegales, son comprados con recursos públicos y eso le resta calidad moral para denunciar un posible fraude en las elecciones, porque el está usando los mismos instrumentos que criticaría en el caso en que se confirme el fraude electoral.

En el 2006 AMLO manifestaba que por su condición de honestidad su proyecto era indestructible, pero su discurso y sus prácticas demostraron que fue autodestructible, ojalá y eso no se vaya a repetirse en el 2018, en el que en aras de ganar no le han importado los medios y viene realizando alianzas que lo convierten en autodestructible.