Tropelías en el proceso electoral

Editorial
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Los gobiernos encabezados por Juan Sabines y Manuel Velasco llevaron a Chiapas a una situación de profunda problemática, en donde no solo se pervirtieron a las instituciones sino que se produjo una descomposición social, en donde prevalecen actitudes de agresión y violencia que evidencia una incapacidad creciente para la negociación.

 

El resultado electoral sólo demuestra que el único voto que contó en la entidad es el del gobernador. Él impuso los candidatos, él violentó el proceso, él corrompió a las dependencias electorales para que favorecieran a sus intereses, él definió los triunfos electorales. Y solo él es el culpable de los conflictos poselectorales que hay en distintos municipios de la entidad, en el que existen hechos de sangre sin que eso le preocupe.

Nunca en Chiapas se había vivido un proceso electoral plagado de tantas irregularidades. Ni siquiera las votaciones intermedias del 2009, en donde el gobernador Sabines definió que las doce diputaciones federales en disputa se repartieran equitativamente entre los partidos del PAN, PRI y PRD.

En realidad este 1 de julio en varios distritos electorales la gente votó sin saber a ciencia cierta quienes eran los candidatos de la alianza PRI-Verde, y a la fecha se desconoce quién es el que ganó el Distrito electoral federal de Bochil, en donde el PRI-VERDE ganó pero nadie hizo campaña, y los electores nunca conocieron al candidato.

Lo mismo sucedió en el Distrito electoral local de Tenejapa, en donde aparece como triunfadora una exfuncionaria del DIF estatal, que jamás realizó campaña, en deterioro de una representante indígena. Y lo más grave de todo, es que nadie hizo campaña para las fórmulas al senado por parte del PRI, en donde sorpresivamente Noé Castañón Junior quedó como senador de primera minoría, debido a los excesos y abusos de poder del gobernador Manuel Velasco, quien un día previo a las elecciones instruyó se realizaran cambios en las fórmulas al senado, en el que se pretendió registrar como candidata al senado en la primera fórmula a Alejandra Lagunes, que estaba en el primer lugar de la lista plurinominal al senado en el partido verde, con el fin de que entrara como primera minoría al senado por Chiapas y dejara libre el espacio para que Velasco Coello asegurara su ingreso como senador al ir éste en el segundo lugar.

Ese registro no lo autorizó el INE, pues le entregaron a Alejandra Lagunes un comprobante de residencia en Chiapas falso, con un domicilio en Tuxtla Gutiérrez, firmado por Fernando Castellanos como presidente municipal. Cuando ella tenía un comprobante de residencia registrado en el Estado de México. En esta maniobra fue obligado Luis Eduardo Lozano Grajales a renunciar como candidato al senado, pcon el fin de dejarle el lugar a Alejandra Lagunes, y al no autorizarse ese cambio, produjo que el suplente Noé Castañón quedara como representante de la primera fórmula, obteniendo un beneficio que no se esperaba.

Las maniobras en la designación de ganadores no concluyen, pues existe una disputa abusiva e ilegal por el reparto de diputaciones plurinominales, Ese es el caso de las plurinominales para la diputación local en el PRI, en donde la profesora Ilse Sarmiento es presionada para renunciar al espacio en la primer circunscripción y dejar abierto el camino para que suba el segundo lugar. Lo mismo se está realizando con Guadalupe Jiménez, en el primer espacio de la segunda circunscripción, a quien le falsificaron su renuncia e inclusive fue suplantada por otra mujer para ratificar personalmente su renuncia, pero esa maniobra no procedió, pues la ratificación se tiene que efectuar en el IEPC estatal y no en el distrital como pretendieron hacer.

Las tropelías y abusos cometidos por Manuel Velasco en todo el proceso, se vienen reproduciendo en los partidos políticos, tal y como sucede en el PRI, en donde se pretende romper la paridad horizontal y vertical de género con el fin de favorecer a familiares de los Albores.