En un amplio sector de la población chiapaneca existe el consenso para declarar a Manuel Velasco Coello como el peor gobernante en la historia de la entidad. Las estadísticas económicas así lo confirman: el crecimiento de la economía durante este sexenio es de tasa negativa; La pobreza y la pobreza extrema pasó del 74 al 78%; de acuerdo con el INEGI, en el 2017 solo se crearon 35 nuevos empleos formales. Lo grave es que el ejercicio presupuestal del sexenio superan los 420 mil millones de pesos, en el que nadie sabe en donde o en qué fueron ejercidos.
Junto a este despilfarro económico emerge la corrupción en el gobierno de Manuel Velasco. Aquí en este espacio se ha señalado con ironía que uno de los funcionarios más honesto de este gobierno es Julián Nazar, porque existen verdaderos depredadores del presupuesto que se enriquecieron de la noche a la mañana. Los nuevos millonarios pasean su riqueza en la impunidad y algunos hasta los premiaron con una diputación. Entre ellos se encuentran, Roberto Rubio, José Luis Sánchez, Eduardo Zenteno, Fernando Castellanos, Ramón Guzmán Leyva, Jorge Betancourt, Ricardo Aguilar Gordillo, Miguel Prado de Los Santos, Eduardo Ramírez, Juan Pablo Montes de Oca, Juan Pablo Orantes Coello y encabezando la lista como la nueva Reyna Roja, Leticia Coello.
El daño que le hizo Manuel Velasco Coello a Chiapas supera en su conjunto al daño ocasionado por los exgobernadores Javier Duarte, de Veracruz, César Duarte, de Chihuahua y por Roberto Borge, el de Quintana Roo. Todos ellos tienen en común los problemas judiciales, pero a Manuel Velasco eso ya no le preocupa, él obtuvo un salvoconducto divino con Andrés Manuel López Obrador, y tuvo la anuencia de Enrique Peña Nieto para que repita como senador de la república.
La cárcel es el futuro inmediato de Velasco Coello, pero su buena fortuna lo tiene a salvo en este momento, pero a la vez se siente amenazado por el discurso anticorrupción que pronuncia enfático López Obrador, quien recientemente soltó una frase que debió de haber taladrado la sonrisa de Manuel Velasco. El presidente electo señaló que él no va a perseguir a nadie, pero que es la ciudadanía la que debe exigir que se castigue a los funcionarios corruptos.
Si la responsabilidad de aplicar la ley se le transfiere en el próximo gobierno a la exigencia de la ciudadanía, entonces de nada sirve la senaduría o el posible cargo diplomático a Velasco Coello, porque la exigencia de que se investigue el despilfarro presupuestal y la corrupción de su gobierno está en la boca de miles de chiapanecos y en unos días más va a ser una demanda generalizada.
En este momento Manuel Velasco aparece como un instrumento importante en la transición del gobierno, en el que se constituyó en el puente del pacto entre Peña Nieto con AMLO y de los gobernadores con AMLO. La relación de Velasco Coello con el presidente electo, es de varios años atrás. No se debe olvidar que Fernando Coello Pedrero, el abuelo del gobernador de Chiapas tuvo bajo su protección a los padres de Andrés Manuel y cuando este fue el gobernador en el Distrito Federal, Leticia Coello, la mamá del gobernador, fue funcionaria en la administración del Distrito Federal. En esa época Manuel Velasco tenía 18 años e iniciaba su carrera política en la búsqueda de la diputación local en Chiapas.
La fortuna en este momento se encuentra de lado de Velasco Coello, pero el desastre financiero de Chiapas, debido en mucho a la corrupción generalizada en ese gobierno, es imposible de ocultar y pronto se empezarán a dar conocer datos y cifras reveladoras, que pondrán en crisis el palacio de cristal en el que habita.
