La degradación de la política en Chiapas

Editorial
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En Chiapas se vive un largo proceso de degradación de la política, y esto conduce a una degradación de los partidos y a la degradación del gobierno, a punto tal que en la administración de Juan Sabines se constituyó un gobierno de la caquistocracia –el gobierno de los peores-, pero en la actual administración se constituyó un gobierno de la coprocracia –el gobierno de la mierda-. Esta degradación le  ocasionó un deterioro irreparable a la sociedad chiapaneca, que vive una pérdida del sentido de las cosas, en donde no hay una visión de futuro y en la que se presentan síntomas de resignación y conformismo en la población, donde prevalece la fatalidad, con un discurso en el que no puede hacerse nada.

 

Los últimos gobiernos le han hecho un daño terrible a la entidad. Hicieron que la dádiva social sacrificara a los derechos políticos y civiles de la población y lograron que los resultados electorales se definiera por la población con mayores condiciones de vulnerabilidad, en la que a través de la compra del voto se define al triunfador de la contienda...

La degradación y sumisión de los partidos inició con la amplia alianza partidaria que llevó al poder a Pablo Salazar y que los constituyó en gobierno, y ya como gobierno se desnaturalización como oposición. La ausencia de oposición se convirtió en una  entrega de los partidos en el gobierno de Juan Sabines, quien puso a las dirigencias de los partidos bajo control del gobernante, lo que le permitió a éste imponer las candidaturas de los partidos en todos los puestos de elección popular, al grado que se convirtió en el único elector y en las elecciones federales intermedias del 2009, definió que el PAN, el PRD y el PRI, se quedaran cada uno con cuatro diputaciones federales, lo que hasta ese momento se convirtió en el fraude electoral perfecto.

Ese control de los partidos y sus dirigencias la heredó Manuel Velasco, a punto tal, que a través de una alianza logró copar a MORENA e imponer en este partido los candidatos a la gubernatura, al senado, a las diputaciones federales, a presidencias municipales y a la diputación local. Esta alianza le permitió constituirse en uno de los puentes del presidente Peña Nieto con Andrés Manuel López Obrador, que produjo un cambio del discurso de AMLO hacia el grupo que siempre llamó la mafia del poder, en la que de pronto anunció que no iba a perseguir ni a encarcelar a nadie si llegaba a la presidencia de la república.

Esta maniobra le permitió a Velasco Coello participar en el triunfo de AMLO en la presidencia de la república y ganar con Rutilio Escandón la gubernatura de Chiapas y a partir de allí obtener la ansiada  inmunidad que requiere, por el escandaloso saqueo del erario que vive Chiapas.

El gran reto del nuevo gobierno en la entidad es revertir esta degradación de la política y del gobierno, que en los últimos 12 años le ocasionó a la entidad un subdesarrollo brutal, en donde creció la pobreza y se profundizó la desigualdad social, pero lo más grave, es que se derrocharon más de 700 mil millones de pesos, que bien empleados debieron de haber cambiado los rumbos de la historia de Chiapas.