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Patrocinio y la protesta del orgullo homosexual

Editorial
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Patrocinio González Garrido es un político del viejo cuño, que compartía la misma visión que sobre la formación del régimen político tenía Fidel Velázquez, quien afirmaba: “A balazos llegamos al poder y sólo con balazos nos van a sacar; no con votos.” Lo que significaba la cancelación de la vía democrática, de allí el autoritarismo.

 

Las prácticas represoras don Patrocinio las simulaba con la ley en la mano; solo que las leyes eran modificadas al gusto y conveniencia del gobernante. Así sucedió con la reforma del Código Penal de Chiapas, en donde el Título IX tipificaba los delitos que atentaban contra la seguridad del Estado. El artículo 222 del Código Penal condenaba hasta a cuatro años de prisión “a los que reunidos tumultuariamente, pero sin armas, resistan a la autoridad o la ataquen para impedirle el libre ejercicio de sus funciones”.

El artículo 225 del Código Penal condenaba también a cuatro años de prisión “a los que para hacer uso de su derecho pretextando su ejercicio se reúnan tumultuariamente para tomar por asalto edificios o parques públicos u obstruyan las vías de comunicación “.

La aplicación de estas leyes que buscaban castigar los delitos de disolución social, así como la de encuadrar el motín como delito, produjeron que en el gobierno de Patrocinio González Garrido, el INI denunciara la existencia de dos mil doscientos noventa indígenas presos en las cárceles de Chiapas. Lo que indica una realidad que evidencia el fracaso de esas políticas represoras, en donde la ley cumplía el papel de represión, pero no por ello evitaba las muestras de protesta y manifestaciones en contra del gobierno, que inexorablemente se multiplicaron. A punto tal, que el fortalecimiento del EZLN se dio precisamente en las entrañas de este gobierno, que fingía gobernar bajo el imperio de la ley, pero que en realidad gobernó bajo el abuso del poder.

El levantamiento armado de 1994 demostró el fracaso de la clase política chiapaneca que estaba representada en ese momento por Patrocinio González, y que históricamente nunca mostró capacidad para autoreformarse. Esta vieja clase política debía de sustituirse y así sucedió temporalmente en el año 2000, desafortunadamente para Chiapas esta clase política retornó en el 20006 con lo peor de sí, sus hijos y nietos, que terminaron constituyendo los gobiernos de Juan Sabines Guerrero y Manuel Velasco Coello, considerados como los peores gobernantes de la historia de Chiapas.

Esta historia de represión, inexplicablemente fue revivida por el gobernador Manuel Velasco, quien en lo absurdo de su irresponsabilidad y de su falta de sensibilidad, sublimemente obligó al Congreso Local a entregarle una medalla a Patrocinio González Garrido. Esta decisión fue una afrenta para grupos y organizaciones que mantienen una lucha favorable a los derechos humanos, quienes levantaron su voz, pero ninguno a la altura de la población LGTBI, que mantiene viva la memoria de los crímenes de odio que se suscitaron en el gobierno de Patrocinio González. Esta población se manifestó el día de ayer afuera del Congreso para hacer patente su rechazo a la entrega de la medalla Miguel Álvarez del Toro a un personaje que no se caracterizó por el respeto a las libertades democráticas y a la diferencia y que inclusive, frente a los crímenes de odio, mantuvo una actitud de impunidad.