Las perspectivas del nuevo proyecto educativo

Editorial
Typography

Hoy se lleva a cabo en instalaciones de la UNACH el primer foro hacia el Acuerdo Nacional para la Educación, que organiza el próximo gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador. La educación es un aspecto fundamental para la vida en sociedad, pues le otorga a los individuos la capacidad de discernir y debatir sobre asuntos políticos, económicos, sociales y culturales. Los procesos educativos se descuidaron desafortunadamente en el país, y hoy todo el sistema educativo nacional muestra ineficiencias que conducen no solo al fracaso escolar sino a una baja calidad en la formación de profesionistas.

 

Esta discusión carece de sentido, si en el nuevo proyecto educativo no está contemplada la importancia de la construcción de nuevas ciudadanías. Es decir, que la educación juega un papel central en la formación del ciudadano, en el que éste reconozca la importancia de una sociedad plural y heterogénea, con respeto a la diversidad cultural y que contribuya con estrategias para disminuir la desigualdad social.

El nuevo gobierno que iniciará el 1 de diciembre, busca constituirse sobre el discurso de la cuarta transformación del país, paradigma que histórica y políticamente es insostenible, en virtud que la sociedad moderna, que surgió después de la Revolución Francesa,  se estableció sobre los principios de la división de poderes, la democracia y el Estado de derecho, transformación que no se vivió en México en la formación de la nación independiente ni en la Guerra de Reforma ni después de la Revolución Mexicana, situación que hace poco creíble la existencia de una cuarta transformación que pregona.

Más bien, lo fundamental es la construcción de un nuevo régimen político, que fortalezca la vida democrática, que respete la división de poderes y que garantice un auténtico Estado de derecho en donde el poder del presidente no se encuentre por encima de la ley y subordine a los otros poderes. Si la preocupación del nuevo gobierno está en el fortalecimiento de la democracia, entonces lo fundamental de la educación es la formación del ciudadano, debido a que no puede existir un proyecto democrático sin los ciudadanos.

El pensamiento liberal dejó circunscrito a la democracia a los procesos electorales, en los mecanismo como se vota y en la manera como se obtiene el voto, o sea en el procedimiento mediante el cual se decide quien toma las decisiones a nombre de los demás. Sin embargo esta concepción de democracia se encuentra desacreditada, debido a que el sistema de representación cada vez entra en una crisis mayor lo que obliga a repensar la democracia, como el régimen que promueve la libertad, el respeto a los derechos humanos y el desarrollo pleno de los sujetos.

En este sentido la ciudadanía y la democracia requiere de procesos continuos de aprendizaje; en donde se convierte en imprescindible aprender a ser ciudadano y se requiere aprender a vivir en la democracia.

En las condiciones actuales de violencia que se viven en México, la educación, dentro de un proyecto democrático, debe ir más allá de la instrucción y hacer énfasis en una cultura para la paz,  sobre todo porque aún es posible construir una educación para un mundo mejor

El  nuevo proyecto educativo debe abrir las perspectivas para redefinir el futuro de la sociedad mexicana, en el que se incorporen como ejes fundamentales la democracia, la ciudadanía y la cultura de paz.