Se fue Manuel

Editorial
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Manuel Velasco solicitó licencia definitiva del cargo de gobernador pero deja convertida a la política en Chiapas en un verdadero cochinero, lo que confirma la afirmación que en reiteradas ocasiones se ha señalado en estas páginas: la administración encabezada por Velasco Coello representa la versión más acabada del gobierno de la coprocracia.

 

La licencia de Manuel Velasco vino precedida de una reforma constitucional vergonzosa y aberrante, que muestra la sumisión y la ignorancia del Congreso Local, que aprobó una reforma ilegal, pues contraviene el espíritu del artículo 116 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que a la letra señala: “Los gobernadores de los Estados, cuyo origen sea la elección popular, ordinaria o extraordinaria, en ningún caso y por ningún motivo podrán volver a ocupar ese cargo, ni aun con el carácter de interinos, provisionales, sustitutos o encargados del despacho.”

Esta vacilada de reforma en realidad es innecesaria, en virtud de la imposibilidad constitucional que tiene Manuel Velasco para retornar como gobernador -cargo que nunca desempeñó aunque todos los días fingía serlo-. Primero porque el 116 se lo impide y segundo, porque en caso de que solicite al senado la licencia tendrá que señalar expresamente el motivo, y al mencionar que es para retornar a la gubernatura, el senado se encontraría en el supuesto de una violación al pacto federal, en donde uno de sus miembros estaría desempeñando dos poderes de manera simultánea y en caso de conceder dicha licencia, el senado quedaría sometido al juicio de amparo.

Después de la licencia definitiva, el posible retorno de Velasco Coello a la gubernatura es solo un capricho. A él Chiapas nunca le interesó y mucho menos tiene interés de que a la población chiapaneca le vaya bien. Chiapas significa para él un escalón y la oportunidad de enriquecerse de manera impune como hasta ahora lo ha hecho. Por eso la reacción cada vez más creciente de la población que lo abuchea en los actos y le grita asesino como en Oxchuc y ratero como sucedió en las instalaciones de la UNACH.

En esta administración se ejercieron más de 400 mil millones de pesos sin que exista alguna obra significativa, que justifique el ejercicio de este recurso, lo que evidencia el nivel de despilfarro y de corrupción que existió en la administración de Velasco Coello, que no puede ocultarse y que el malestar que hay en las personas reproduce la exigencia de investigación y de castigo hacia este gobierno, en el que nopuede haber perdón ni olvido.

Por ello no deja de ser una afrenta a la inteligencia la apuesta de que en cinco días Manuel Velasco regresa a concluir la gubernatura.