El gobierno de Manuel Velasco está siendo sometido a un golpeteo mediático, en el que lleva varias semanas en el top ten de los políticos más golpeados en el país, debido a garrafales errores cometidos en un ejercicio del poder sin brújula.
Lo sorprendente es que no hay la intención de evaluar el control de daños, y cada día surgen nuevas infantiladas, que muestran la ligereza con que se operan los asuntos de la entidad, que convierten al gobernador, en presa fácil de la burla.
Un día aparece publicado en la prensa y en las redes sociales el rechazo que despierta entre pobladores algunas giras que realiza inaugurando obras; en otro, se cuestiona la intención de cancelar la representación política de las mujeres; luego se le hace fácil especular sobre la existencia de una nueva república; en uno más, su secretario de gobierno se convierte en hazmerreir, cuando se hace público que se le otorgó una pensión por vejez: Todas estas críticas enmarcadas por la sátira generada por la licencia otorgada por el senado, que aunque ya transcurrió una quincena, aún sigue siendo nota política en medios nacionales.
En este momento hay sobre Manuel Velasco dos campañas mediáticas encontradas. En una, hay voces que se pronuncian por la idea de que el senado tiene la oportunidad de lavar su enlutado honor, y por lo tanto debe rechazar el retorno de Velasco Coello al senado, cuando concluya su gestión de gobernador el 7 de diciembre. La otra, es la filtración en medios de la posible incorporación de Manuel Velasco al gabinete de López Obrador, lo que saldaría con creces los trabajos realizados a favor del triunfo electoral de AMLO.
Sin embargo la situación del gobernador de Chiapas no está definida, sobre todo porque no debe perderse de vista que en la política a la mexicana sólo existen intereses y los intereses de López Obrador pueden cambiar a partir del 1 de diciembre, en el que los compromisos y las responsabilidades van a tener nuevos sentidos...
En Chiapas los conflictos están a flor de piel, pero se prevé que después de la toma de posesión tanto del presidente como del gobernador electo, los conflictos se acentúen, debido a que es muy alto el déficit de demandas que no han sido atendidas en la entidad. El problema mayor de esta situación, es que en Chiapas no va a existir presupuesto para satisfacer estas demandas, lo que puede ocasionar tensiones y choques entre organizaciones sociales y el gobierno de Rutilio Escandón.
Bajo esta misma situación se encuentra ya definida una postura en diferentes grupos, que plantean la defensa del territorio, muchos de ellos cobijadas por la pastoral cristiana, que rechazan rotundamente los megaproyectos mineros aprobados en la entidad, que no están de acuerdo en que se promuevan proyectos que atraviesen el territorio de los pueblos originarios, como es el Tren Maya, sin que estos se sometan a la consulta obligatoria que se encuentra regulada en el Convenio 169 de la OIT, y en el que existen al respecto resoluciones de la Corte Interamericana de derechos Humanos.
Esta probable movilización en defensa del territorio en Chiapas, va a golpear al centro neurálgico de los proyectos de desarrollo del gobierno de López Obrador en la región sur sureste del país y puede llegar a generar rupturas, en el que el gobierno de la entidad termine siendo superado por los problemas y anulado por el intervencionismo centralista. Cualquiera de estas dos situaciones no auguran buenas noticias para la gobernabilidad democrática en Chiapas.
