La urgencia de una agenda política para Chiapas

Transcurrió el primer mes de gobierno de Rutilio Escandón y lo único real que se puede mencionar sobre este período es que se mantuvieron vigentes los problemas de gobernabilidad y se acentuaron los problemas de inseguridad.

A la vez, se observa que no hay gabinete ni plan de gobierno ni agenda política para Chiapas. Rutilio Escandón en todo este tiempo se ha esforzado en replicar para Chiapas las disposiciones del gobierno de López Obrador, como si la entidad no tuviera un cúmulo de problemas históricos, que no se van a resolver con la agenda federal, que está pensada hacia el futuro pero no para atender los problemas del pasado.

El desinterés para construir una agenda política está ocasionando que los problemas generados por los paramilitares en las comunidades indígenas dificulten una solución con dignidad para los miles de desplazados en la entidad. De igual manera se continúe con el cierre del tramo de la carretera de Simojovel-El Bosque, que tiende a paralizar esa importante región y que está provocando un desabasto de productos.

Los problemas de inseguridad van a la alza. La carretera Ocosingo-Palenque representa un riesgo para los automovilistas en donde la delincuencia organizada ejerce un importante control sobre esa vía de comunicación. Pero también hay un repunte de toma de la caseta de Malpasito, en la frontera con Tabasco, qu convierte a ese tramo en uno de los más peligrosos de la entidad.

En Tuxtla, los problemas generados por la mala administración en la secretaría de educación, que ha mostrado una inoperancia peligrosa  para resolver los problemas de pagos a maestros interinos y del sistema de telebachillerato, situación que viene acompañada de movilizaciones, plantones  y toma de edificios de esa secretaría. A ello hay que agregarle los problemas que arrastran las escuelas normales, donde los normalistas han realizado distintas movilizaciones para que se les atienda y sólo han recibido indiferencia a sus demandas; a estos estudiantes se les señalan como los responsables de los actos de vandalismo en las oficinas de las distintas subsecretarias de la secretaría de educación y la protesta de los normalistas de Mactumatzá originó la primera represión policíaca de este gobierno.

El fin de semana concluyó la consulta en Oxchuc, que tuvo como propósito definir si las autoridades municipales se deciden a través de los mecanismos de usos y costumbres.  El resultado favorece a la designación por usos y costumbres, pero esos resultados no fueron lo aplastante como se hizo creer, lo que significa que existe un importante núcleo de población que se adhiere al sistema de elección de partidos; situación que dividió a la población del municipio y que deja entrever que los problemas van a continuar latentes y que los conflictos y la violencia puede estallar en cualquier momento, si el gobierno no realiza con la emergencia que se requiere una operación cicatriz que permita la concordia.

En la Sierra Soconusco el gobierno estatal no previó ningún programa de apoyo a los productores de café, que padecen no solo los problemas de la roya sino una grave escasez  de crédito y de financiamiento y muchos de los productores, para poder levantar la cosecha, quedaron en manos de los coyotes.

Finalmente para el gobernador del Estado el EZLN no tiene ninguna representatividad y los ha ignorado, por eso no logra entender el discurso del 1 de enero, que buscó poner la agenda zapatista en la agenda política nacional y que los sitúa en un lugar de privilegio en la defensa de la tierra que existe en todo el continente americano en contra de los megaproyectos que atentan contra los recursos naturales del territorio de los pueblos indígenas y que pone en riesgo la supervivencia física y cultural de estas comunidades.

Los problemas que tiene el gobierno de Chiapas no son un asunto menor y hasta ahora se ha mostrado que no hay pies ni cabeza para atender y resolver el cúmulo de asuntos pendientes que hay en la entidad.