El morenista Samuel Toledo Córdova

El anuncio de la incorporación al gobierno de la 4ª transformación del expresidente municipal de Tuxtla, Samuel Toledo Córdova Toledo, despertó la sorpresa y luego la indignación en buena parte del sector de población de esta ciudad capital.

Samuel Toledo tiene múltiples señalamientos de corrupción en todas las secretarías de gobierno que ocupó en el gobierno de Juan Sabines, así como en la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez.

Este nombramiento como funcionario en el Banco del Bienestar, anteriormente llamado BANSEFI, se hizo el mismo día en que la dirigente nacional de MORENA anunció que ese partido fue infiltrado por sabandijas y traidores, en el que la incorporación al gobierno morenista de Samuel Toledo Cordova confirmaría las palabras expresadas por la presidenta de MORENA Yeidckol Polenvnsky.

Samuel Toledo forma parte de una caterva de presidentes municipales de Tuxtla –Juan Sabines, Yasir Vázquez y Fernando Castellanos-, que hicieron de la administración municipal una práctica de saqueo e impunidad y que finalmente produjo el acrecentamiento de los problemas sociales y de servicio público que padece actualmente la población.

Como no recordar aquel momento pintoresco y demagógico de Fernando Castellanos CalyMayor, que en pleno proceso electoral para la presidencia municipal,  fue a la oficina de la procuraduría del Estado a presentar una denuncia de corrupción en contra de Samuel Toledo.

La gran paradoja, es que ya en el ejercicio del poder municipal, Fernando Castellanos no realizó acción alguna en contra de los sabinistas Yasir Vázquez y Samuel Toledo cuyas administraciones municipales resultaron desastrosas para esta ciudad.

En el delirio de los excesos y la impunidad, Samuel Toledo realizó la compra de un departamento en la zona más exclusiva de Santa Fe, lugar que era frecuentemente visitado por la familia Velasco Coello, a quien no les agradó que Samuel Toledo adquiriera una propiedad en ese Club de Golf, y fue obligado a cancelar esa compra, cuyo valor excedía por mucho a los ingresos obtenidos por ese funcionario en los seis años del gobierno de Juan Sabines, situación que constituía un enriquecimiento inexplicable del ahora expresidente municipal de Tuxtla, quien de inmediato debió de haber sido sometido a un proceso de investigación y posible sanción por los delitos cometidos.

La incorporación de Samuel Toledo al gobierno de López Obrador mella la credibilidad chiapaneca sobre el combate a la corrupción que se pregona como discurso oficial en el gobierno federal, pues nadie conoce mejor que la población chiapaneca, los antecedentes de este funcionario mentecato, que representa el prototipo de los funcionarios jóvenes que se incorporaron al gobierno de la entidad a partir del año 2006, que tienen como su principal interés enriquecerse lo más rápidamente posible.

Esa designación resultó un error del gobierno de la 4ª transformación, pues no se debe seguir premiando a funcionarios que hicieron del servicio público un acto profesional de rapiña.