Después de los primeros 100 días de gobierno, Rutilio Escandón debió de haber realizado una evaluación objetiva y realista del funcionamiento de su gabinete y no lo ha hecho. En contrasentido, mantiene una sordera ante las críticas y está convencido del éxito de su administración en estos meses de inicio, aunque no haya ningún resultado positivo para celebrar.
La administración de Rutilio está empezando y él no puede darse el lujo de equivocarse como lo hicieron sus antecesores ni permanecer impávido ante lo que es evidente, no tiene gabinete y su administración presenta dos graves problemas que se acrecientan cada vez más: ingobernabilidad e inseguridad.
Las designaciones que el gobernador realizó en el gabinete, no han resultado en estos primeros cien días lo eficaz y convincente que requiere la magnitud de los problemas y la responsabilidad que significa gobernar a Chiapas. Y para ello es necesario rectificar.
Ayer, en un evento, en clara alusión al gobierno anterior, el gobernador mencionó que su gobierno no es de simulación sino de realidades. No hay nada peor para un gobernante que mentir a sabiendas que miente y que sus gobernados le digan que miente, porque en este momento no hay gobierno sino simulaciones.
El gobernador debió de haber tenido especial cuidado en la designación de cinco áreas: educación, gobierno, salud, seguridad y el campo. Sobre todo porque del trabajo que realicen estas oficinas depende la gobernabilidad y la seguridad de Chiapas.
En educación, los tambores de guerra del magisterio representan una amenaza para la fragilidad de este gobierno, en esa secretaría no hay oficio político ni conocimiento ni proyecto, a punto tal, que todos los problemas del ramo educativo empezarán a atenderse y resolverse en la Ciudad de México. En seguridad, hay un incremento desmedido de la delincuencia y se corre el riesgo que la inseguridad en Chiapas se convierta en un problema permanente, por los problemas estructurales de violencia y pobreza que hay en la entidad. En el campo no hay ningún plan de rescate agropecuario y en el cualquier momento inician las protestas del campesinado por la falta de apoyos previos a la temporada de lluvias. En salud, anuncian un 85% de abastecimiento en los hospitales de la entidad, cuando en realidad estos se encuentran en las mismas condiciones que cuando terminó el gobierno anterior y lo más grave que se anuncia una disminución de la muerte materna infantil de un 60% en Chiapas, cuando esa información es insostenible en el análisis de cualquier estadística médica. La secretaría de gobierno es la de mayor complejidad, por la magnitud de los problemas que existen y por la inoperancia que prevalece en esa secretaría.
Bajo las condiciones del funcionamiento de esas secretarías no se percibe que cambien las cosas en la entidad y por el contrario, los conflictos se van a agudizar. Es cierto que es muy poco tiempo lo que lleva esta administración, pero lo suficiente para identificar las posibilidades reales de funcionalidad o no de la misma. Hasta ahorita la administración de Rutilio Escandón le queda debiendo a la población chiapaneca y lo mejor para él es que abandone su discurso de ocurrencias y de simulaciones y ponerse a trabajar.
¿De verdad hay un gobierno de realidades?
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