Juan Sabines Guerrero forma parte de la leyenda negra de Chiapas, que no debe quedar en la impunidad. Su gobierno fue desafortunado en todos los sentidos; no sólo por las características de su personalidad, de un desadaptado sino por que ocasionó el endeudamiento público que cercenó las posibilidades de una vida mejor a millones de chiapanecos y por que incorporó a una generación de jóvenes a la administración que se convirtieron en depredadores del presupuesto.
Sobre la deuda pública que generó Sabines hay un manto de opacidad y complicidades, en el que bien a bien no se sabe qué se hizo con esos recursos ni cuáles fueron los proyectos que respaldaban la autorización de los empréstitos, pero la población en Chiapas tiene el derecho de saber la verdad y el gobierno de Rutilio Escandón tiene la responsabilidad moral para hacer pública la información correspondiente.
En el gobierno de Sabines se ejercieron 300 mil millones de pesos, sin que se hayan realizado obras significativas que justifiquen tal dispendio de recursos. Pero además endeudó al Estado en 16 mil millones de pesos, pero dejó de pagar a contratistas de obra y el pago de servicios por una cantidad que se calculó en 20 mil millones de pesos.
Las irresponsabilidades del gobierno de Sabines condenó a Chiapas a un pago de 4 millones de pesos diarios durante 30 años, sin que haya la voluntad política de ordenar una investigación y se castigue a los responsables de esa catástrofe financiera que se vive en Chiapas., sobre todo, porque de acuerdo con el dicho del propio Sabines, los recursos de la deuda se aplicaron para la reconstrucción del desastre, en seguridad, educación, salud y empleo, pero ninguno de estas acciones de gobierno son justificante para la autorización de la deuda, y más cuando la Constitución textualmente dispone que: “En ningún caso podrán destinar empréstitos para cubrir gasto corriente.”
Juan Sabines, demostró con creces que es un maestro en la práctica de la traición, el cinismo y la hipocresía; pero resulta extraño que a pesar de las ilegalidades y de la corrupción documentada en las obras públicas y en una infinidad de licitaciones en su gobierno, no ha sido molestado por la instancias judiciales; ni él ni ninguno de sus colaboradores, en donde muchos de ellos a la vista de todos, en poco tiempo amasaron una gran fortuna y dejaron una enorme deuda pública, que pone en riesgo la viabilidad del futuro de Chiapas y los chiapanecos.
Pero a la vez, resulta inadmisible que la administración de Rutilio Escandón mantenga una actitud de aquiescencia ante la campaña mediática desatada por Juan Sabines en la entidad, en el que inclusive se tiene documentada una reunión sostenida en el mes de enero entre la esposa de Sabines y el secretario general de gobierno, Ismael Brito Mazariegos, que dio pauta para la promoción de la Fundación Juan Sabines, instancia mediante la cual el exgobernador viene tramando su retorno a Chiapas.
La promoción de Juan Sabines
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