La crisis que se viene en el campo

Editorial
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En varios puntos de la entidad se presentó ya la primer lluvia del año. Nunca como ahora se requiere la lluvia para contrarrestar los incendios que no solo afectan la vida de la naturaleza sino que producen una mala calidad del aire que se respira en Chiapas.

La primer lluvia del año significa la renovación y marca un ciclo de la naturaleza, que tiene que ver con las tierras de cultivo. En Chiapas la producción de maíz puede tener una baja por la falta de apoyos al campo. En otras circunstancias los cálculos de producción señalaban un millón doscientas mil toneladas de maíz en la entidad y hoy se calcula una producción menor a las ochocientas mil toneladas.

El abandono al campo chiapaneco está desde la cabeza del sector agrícola, en el que aún no se designa al funcionario responsable de la SAGARPA en Chiapas.

Junto a esta inocultable ineficacia gubernamental hay otra dificultad de mayor riesgo, la instrucción presidencial de no canalizar apoyos a través de ninguna organización social. Esta decisión del presidente mella directamente con la gobernabilidad en Chiapas, sobre todo por la cultura paternalista desarrollada en la entidad, que produjo un acuerdo de apoyo y dependencia con las organizaciones para poder gobernar al Estado.

La lógica indicó establecer acuerdos con las organizaciones, pero ahora la instrucción política-administrativa es nada con ellas. Y en las condiciones sociales que hay, Chiapas prácticamente es ingobernable si no estableces acuerdos y convenios con las organizaciones.

La bolsa está cerrada en la secretaría del campo y la SAGARPA en Chiapas no tiene cabeza. Bajo estas circunstancias ¿Quién va a atender los problemas del campo en Chiapas? ¿A quién hay que cargarle la responsabilidad de la falta de apoyos? ¿Por qué el gobierno estatal y los funcionarios de SAGARPA guardan silencio ante la crisis del campo que se avecina?

Uno de los grandes yerros de las designaciones de personas para integrar el gabinete de Rutilio Escandón se presentó en el nombramiento de la actual secretaria del campo. Aquí no se dimensionó la importancia de esta secretaría, no sólo para la promoción de programas que mejoren la productividad sino también por el papel político relevante que tiene el gobierno para establecer mecanismos de control con los productores y realizar la cooptación de liderazgos en la región.

La ausencia de programas en la secretaría del campo y los márgenes estrechos de intervención que tiene esta secretaría, genera que todo se traslade a la secretaría de gobierno, en el que no se presentaron soluciones sino que se agudizaron los problemas.

La situación en el campo no es un asunto sencillo y se puede regresar a la época de los ochenta, en donde la violencia institucional, que era promovida por el Estado, ocasionó una represión generalizada hacia los trabajadores y productores agrícolas.