La disputa por el sindicato del personal académico en la UNACH

En los últimos gobiernos ha existido una intromisión abusiva en la designación de los líderes sindicales en la Universidad  Autónoma de Chiapas, en el que se aparentan votaciones, pero todo está amañado y dirigido. Este exceso de intervención gubernamental se acrecentó en el malogrado gobierno de Juan Sabines Guerrero, en donde Nemesio Ponce, la mano que movió la mano en un sinnúmero de atropellos a la población, decidió colocar a su compadre Ariosto de los Santos como secretario del sindicato de personal académico de esa institución.

En ese proceso, Ariosto de los Santos movió recursos y contó con el respaldo amenazante del gobierno, en donde se buscó eliminar la posibilidad de una contienda sindical inhibiendo la participación de otras planillas. Aún así el comité sindical se disputó entre tres planillas, pero es experiencia dejó aprendizajes que se han puesto en práctica para ganar la representación sindical. La primera, que hay que tener el control del comité electoral para cancelar el registro de planillas; segundo, el uso del dinero y la amenaza para inhibir la participación de docentes en la planilla y así garantizar que no se cumpla con la cláusula de proporcionalidad, que existe en el sindicato, en donde tienen que estar representados en el comité sindical la mayoría de los centros de trabajo; tercero, construir la alianza con el gobernante en turno para ganar las elecciones, sin importar que eso implique la violación de la autonomía universitaria.

Estos tres aprendizajes se pondrían en práctica en la sucesión sindical de Ariosto de los Santos que benefició a Indra Toledo Coutiño. Tenían el control del comité electoral, buscaron inhibir el registro de otras planillas y para ello utilizaron recursos y amenazas para desintegrar las planillas con la finalidad de que no se alcanzara la proporcionalidad, con ello el comité electoral canceló el registro de los opositores, pero lo más importante, desde el palacio de gobierno se operaba para garantizar el triunfo de Indra Toledo, aún y cuando esta candidatura violaba los estatutos del sindicato al ser inelegible. Pero el gobernador del Estado dio la orden y se consumó la infamia: pisotear la legalidad e imponer  a alguien que violaba las normas del propio sindicato.

Este proceso de elección sindical fue impugnado, por violaciones al debido proceso y los tribunales le otorgaron la razón a los docentes que metieron el amparo. Esta resolución debió de cumplimentarse en septiembre del 2017, pero hubo una orden al presidente de la Junta de Conciliación y Arbitraje que se obstaculizara el cumplimiento de esa resolución, sin importar de que hubiera un desacato. El tribunal federal ordenó la reposición del proceso de elección del comité sindical, pero esa sentencia no ha sido cumplimentada.

Las ilegalidades en el sindicato de personal académico de la UNACH son reincidentes a punto tal de que Ariosto de los Santos busca la reelección, aún y cuando los estatutos del sindicato no lo permiten. Para ello, tiene el control del comité electoral, y como lo hizo en la elección pasada, negó el registro a dos planillas para evitar la contienda. Ambas planillas recurrieron a la Junta de Conciliación, quien ahora, sin la presión del gobierno, ordenó suspender las elecciones y reponer el procedimiento. Con esa resolución el mensaje gubernamental es claro: no hay un respaldo a la continuidad de ese grupo en el sindicato.

Esto no parece entenderlo ese grupúsculo, que a través de un anónimo dirigido al gobernador y que circula en las redes sociales, acusan a la Junta de violentar la autonomía sindical y señalan al secretario de gobierno de buscar desestabilizar el proceso interno para imponer una dirigencia sindical a modo de los intereses de la rectoría.

En los ocho años que lleva el mismo grupo sindical han sido recurrentes las denuncias de corrupción de los líderes sindicales. Esto puede ser evidente con los cambios de vida y propiedades de Ariosto de los Santos, a quien inclusive, la universidad le otorgó obras millonarias para una empresa familiar sin que haya un cumplimiento del contrato y edificios estén abandonados en el Campus IV de Huehuetán.

Pero más grave aún, existe una cantidad millonaria de pesos entregada en los últimos ocho años al comité sindical, sin que ese gasto se transparente y se informe del gasto a los agremiados del sindicato. Sólo en el 2018 la rectoría de la UNACH le otorgó 48 millones pesos al sindicato, que deben ser transparentados.