Inminente el paro magisterial

La falta de oficio político condujo a la ruptura entre los maestros de la sección 7 y el gobierno del Estado. El gobernador Rutilio Escandón no supo hacer frente a la petición del magisterio del cambio de la secretaria de educación y esta ruptura lleva irremediablemente a un paro de labores, que va a posibilitar aglutinar el malestar de distintos sectores de población que no han sido atendidos con la eficacia que se requiere.

Se ha señalado en reiteradas ocasiones que las áreas que más debía de cuidar el gobernador era el de educación, salud, el campo, seguridad y el manejo de la política interna. Los yerros en estas áreas se cometieron desde el nombramiento de los funcionarios. En educación fue designada un funcionario que desconoce el medio y que no tiene los conocimientos en la materia. Eso la llevó a cometer errores como el de negociar con la representación en Chiapas del SNTE y no con la representación legítima de los trabajadores de la educación en Chiapas, que es la CNTE. Desde ese momento la posibilidad de acuerdos estaba rota. La dirigencia del CNTE planteó la renuncia de la secretaria y el gobernador con indiferencia desatendió el problema.

En marzo de este año, la secretaría de gobierno convocó a una reunión a la dirigencia de la sección 7, controlada por la CNTE, a una reunión presidida por el gobernador, el desencuentro no pudo haber sido más desastroso, en donde la falta de oficio de la secretaría de gobierno no previó que se llegaran a acuerdos mínimos con los maestros, que el gobernador firmaría; el final de la reunión fue el abandono de los maestros  que dejaron plantado al gobernador, quien quedó desacreditado como interlocutor con el magisterio. En ese momento la renuncia de la secretaria de educación hubiera recompuesto la relación, pero la frivolidad gubernamental no permitió entender lo que se avecinaba.

El CNTE ya tiene una mesa de negociación en la Ciudad de México y sabe, por la experiencia tanto años repetida, que ahí le van a conceder esa renuncia.

Los costos para Chiapas por la falta de oficio que prevalece en este gobierno van a ser altos, pues se corre el riesgo de que el paro de labores que van a realizar los maestros se prolongue varias semanas.

Lo peor de esta circunstancia es que en la secretaría del campo no se han distribuido ninguno de los apoyos destinados a los productores del campo y ni siquiera tiene los padrones de personas beneficiadas, en un momento en que la temporada de lluvias ya inició. Esta ineficacia permite construir la coyuntura de que el malestar de las organizaciones campesinas se sumen a la movilización magisterial, generando mayores problemas de gobernabilidad.

La respuesta del gobierno ya se dejó entrever, va a ser la de desacreditar a la dirigencia de los maestros. Por un lado, se va a utilizar el discurso de género, con lo que se pretende ocultar la falta de conocimiento en la materia de ambas funcionarias y por otro lado, se va a buscar el apoyo de sectores de la población y de los padres de familia para confrontar a los maestros. Ambas estrategias son suicidas, porque eso sólo van a exacerbar los ánimos y la violencia, pero en nada va a modificar las movilizaciones y la actitud de los maestros, que se sienten provocados por el gobernador.

El gobierno del Estado no se ha dado cuenta que las condiciones sociales en Chiapas son de lo más propicias para promover un nuevo paro del magisterio. El malestar y el desencanto al gobierno está generalizado. No hay capacidad de respuesta gubernamental ni existen los recursos para atender las demandas sociales de la población. Esto sin duda, va a generar problemas de seguridad, en un momento crítico en varios municipios fronterizos ocasionados por la presión migratoria.

Hubo un mal cálculo de la autoridad estatal, que no conoce el entripado del movimiento magisterial y que no entendió el momento de renovación del gabinete, mismo que se presentó cuando se cumplieron los primeros cien días de gobierno.