A días de cumplir el primer semestre de gestión, el gobierno de Rutilio Escandón debiera de realizar una evaluación objetiva y realista del funcionamiento de su gabinete pero la evita. En contrasentido, mantiene una sordera ante las críticas y está convencido del éxito de su administración en estos meses de inicio, en el que anuncia a su gabinete vamos bien pero puede estar mejor, aunque no haya ningún resultado de gobierno para presumir.
Después de que en Chiapas se vivieron doce años de gobiernos malogrados, que condujo a la deslegitimidad, a un hartazgo y un malestar popular, la administración de Rutilio no puede darse el lujo de equivocarse como lo hicieron sus antecesores ni permanecer impávido ante lo que es evidente, pero él se resiste a ver: no tiene gabinete y su administración presenta dos graves problemas que se acrecientan cada vez más, ingobernabilidad e inseguridad.
Las designaciones que el gobernador realizó en el gabinete, no han resultado en estos primeros cien días lo eficaz y convincente que requiere la magnitud de los problemas y la responsabilidad que significa gobernar a Chiapas. Y para ello es necesario rectificar. No hay nada peor para un gobernante que mentir a sabiendas que miente y que sus gobernados le digan que miente, porque en este momento no hay gobierno sino simulaciones.
El gobernador debió de haber tenido especial cuidado en la designación de cinco áreas: educación, gobierno, salud, seguridad y el campo. Sobre todo porque del trabajo que realicen estas oficinas depende la gobernabilidad y la seguridad de Chiapas.
En educación, los tambores de guerra del magisterio representan una amenaza para la fragilidad de este gobierno, en esa secretaría no hay oficio político ni conocimiento ni proyecto, a punto tal, que todos los problemas del ramo educativo empezarán a atenderse y resolverse en la Ciudad de México, y lo más grave aún, que seguramente mañana el sindicato de maestros acuerda el paro de labores indefinido. En seguridad, hay un incremento desmedido de la delincuencia y se corre el riesgo que la inseguridad en Chiapas se convierta en un problema permanente, por los problemas estructurales de violencia y pobreza que hay en la entidad. En el campo no hay ningún plan de rescate agropecuario y no se destinaron los apoyos que se proporcionan a los campesinos previo a la temporada de lluvia, bajo esa circunstancia líderes de campesinos consideran que la producción del maíz en la entidad será menor a las 6oo mil toneladas, cantidad 50% menor a la de años anteriores y se corre el riesgo que por primera vez Chiapas sea deficitario en la producción de este grano.
La administración de Rutilio Escandón no tiene una oferta de proyectos de desarrollo regional ni municipal ni existen ideas y menos claridad sobre qué cosas son las que deben promoverse en las distintas regiones de la entidad. El sector agrícola, turístico y comercial en gran parte de la entidad está en el abandono y sin posibilidades de que en corto tiempo la situación mejore por la crisis económica y de financiamiento de proyectos que vive la entidad.
En el sector salud, se anunció que hay un 85% de abastecimiento en los hospitales de la entidad, cuando en realidad estos se encuentran en las mismas condiciones que cuando terminó el gobierno anterior y lo más grave, es que se anuncia una disminución de la muerte materna infantil de un 60% en Chiapas, cuando esa información es insostenible en el análisis de cualquier estadística médica.
La secretaría de gobierno, por las propias condiciones sociales de la entidad, es la de mayor complejidad, por la magnitud de los problemas que existen y por la inoperancia que prevalece en esa secretaría, en donde los conflictos se administran pero no se resuelven
Bajo las condiciones del funcionamiento de esas secretarías no se percibe que cambien las cosas en la entidad y por el contrario, los conflictos se van a agudizar. Es cierto que es muy poco tiempo lo que lleva esta administración, pero lo suficiente para identificar las posibilidades reales de funcionalidad o no de la misma. Hasta ahorita la administración de Rutilio Escandón le queda debiendo a la población chiapaneca y lo mejor para él es que abandone su discurso de ocurrencias y de simulaciones y por el bien de la población ponga los pies sobre el piso y convoque al trabajo de la mejora de las condiciones sociales y de la vida pública.
Necesario poner los pies en el piso
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