Chiapas en los últimos 20 años ha tenido gobiernos priistas, panistas, perredistas, verdes y MORENA. El elemento en común de estos gobiernos es la reiterada violación a derechos humanos. En este sentido no importa si el gobierno es de derecha, del centro o de izquierda, el comportamiento es el mismo; no soportan una prensa crítica, ni el pensamiento disidente y son afectos a la represión, amenaza, desaparición, encarcelamiento y homicidios a defensores de derechos humanos.
En estas prácticas de represión la administración de Rutilio Escandón es igual o peor a los gobiernos que lo antecedieron. Las estadísticas son desalentadoras: tres defensores de derechos humanos han sido asesinados (Sínar Corzo, Noé Jiménez y José Luis Álvarez); ha sido permisivo en los homicidios en la Región de Los Altos debido a los conflictos entre Chenalhó, Aldama y Chalchihuitán; es omiso en la atención a los problemas de desplazados a pesar que la CNDH emitió 2 recomendaciones para que se de el desarme de los grupos paramilitares y que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha emitido dos medidas cautelares para evitar riesgos que pongan en peligro la vida de los desplazados y de los defensores; recientemente tres defensores de derechos humanos han sido golpeados (Julio César Pérez), amenazados (Diego Cadenas) o intimidados (Luis Villagrán).
De igual manera en la secretaría de gobierno se han tomado decisiones que son violatorias a los derechos políticos, como es la destitución del Cabildo del municipio de Arriaga, en el que la síndica y los regidores fueron intimidados para que pusieran la renuncia. Esta decisión fue revertida por la Sala Regional de Xalapa del Tribunal Federal Electoral. Esta acción de amenazar a los regidores para desaparecer el ayuntamiento también fue empleada en el municipio de Bochil, en el que se obligó a los miembros del Cabildo a presentar la renuncia, acción que fue grabada y exhibida en las Redes Sociales, lo que evidenció la actitud burda y delincuencial que se utiliza en la administración de Rutilio Escandón para violar derechos, lo que finalmente sirvió de burla para exhibir las torpezas del secretario de gobierno, que a la fecha no ha sido sancionado por el gobernador, lo que demuestra que actuó cumpliendo órdenes para atropellar derechos y para violar la voluntad popular.
El peor síntoma que manifiesta la administración de Rutiljo Escandón es que está gobernando con la fiscalía, lo que significa la incapacidad al diálogo y la construcción de acuerdos. Lo grave es que la fiscalía se caracteriza por las prácticas de tortura, la invención de delitos, la fabricación de pruebas, la prevalencia de jueces de consigna, lo que implica que el tribunal de justicia queda sujeta a los caprichos y violaciones de derechos humanos que orquesta la fiscalía general.
La situación de los derechos humanos en Chiapas no puede estar peor. Sobre todo, porque nadie está a salvo de la invención de delitos y la fabricación de pruebas que realiza la fiscalía.
La Cuarta Transformación no existe en Chiapas y resulta dudoso que se esté dando en México. Aquí en la entidad sigue gobernando la cultura del PRI, disfrazada de MORENA, en el que campea la corrupción, la represión y la violación de derechos.
En Chiapas gobierna la cultura del PRI
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