La visita presidencial en Chiapas

Editorial
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La gira en Chiapas del presidente de la república deja más dudas que certezas. ¿Para qué realizar una gira de salud en hospitales del Seguro Social si la crisis del servicio es mayor en las clínicas pertenecientes a la secretaría de salud? ¿Cuál es la finalidad de placear a Zoé Robledo en la entidad, si el proceso sucesorio está muy lejos y su “carnal”, el gobernador de Chiapas, supuestamente tiene el apoyo presidencial? ¿Para qué tender un puente al EZLN si las diferencias de proyectos son irreconciliables? ¿Por qué cancelar el proyecto de la autopista Palenque-San Cristóbal?

La situación de Chiapas requiere decisiones firmes de gobierno y el principal problema que existe es que no hay gobernador, ya que Rutilio Escandón está empecinado en convertir su administración en un apéndice del gobierno de López Obrador.

Se ha señalado hasta el cansancio que en Chiapas no hay una agenda de gobierno ni proyectos de desarrollo ni plan estatal de seguridad ni estrategias para el campo. Es más, la ineficiencia en el primer trimestre de la administración de Rutilio se observa en el semáforo económico en el que todos los indicadores están en rojo y la alarma se encuentra en el empleo, en que no se creó ni un solo empleo y se perdieron más de dos mil empleos formales. Pero, de igual manera la ausencia de gobierno se comprueba en que no se liberaron los apoyos a los productores de maíz y el período de siembra concluye en unos días más, lo que puede significar una caída drástica de la producción del grano que pondrá en serios aprietos la seguridad alimentaria de la población.

En la gira del presidente se observó que no todo fueron aplausos sino que hubo gritos y reclamos, lo que evidencia la ausencia de gobierno. Las protestas se pueden minimizar arguyendo que fueron los maestros los que de nuevo hicieron de las suyas, pero de fondo el malestar está a flor de piel. Los maestros representan una organización y una tradición de lucha de 40 años, que por ignorancia de lo que eso significa la administración de Rutilio los despreció. La reacción de rechazo de la CNTE a la secretaria de educación no es porque se les haya querido quitar los privilegios, como se publicita en la prensa, porque el poder y la capacidad de movilización está intacto. El malestar de la dirigencia de la CNTE es porque no los atendieron en el momento en que debían ser atendidos y la secretaria de educación se reunió con el delegado del SNTE, el organismo charro que no representa a los maestros de Chiapas.

La falta de tacto político y de conocimiento de los asuntos educativos es lo que generó el distanciamiento de la CNTE, con la administración de Rutilio, y es lo que está ocasionando que se ensucien las visitas del presidente en Chiapas.  Lo paradójico es que la secretaría de educación en la entidad no atiende a la dirigencia de la sección 7, pero éstos tienen una mesa de negociación con la presidencia de la república y en la secretaría de educación; en este sentido, la administración de Rutilio Escandón no ha entendido que hay una gran diferencia de ser atendido por el Quijote en lugar de Sancho Panza.