¿Dónde está el gobierno de Chiapas?

Editorial
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En la reestructuración de los programas dirigidos al campo el gobierno de la 4T diseñó el Programa Producción para el Bienestar, que trabajará para el cumplimiento de dos propósitos: incrementar la producción nacional de granos y fortalecer la autosuficiencia alimentaria.

Para participar de los beneficios de este programa el gobierno decidió integrar un nuevo padrón de beneficiarios, pues como una política del nuevo gobierno se decidió proporcionar directamente los apoyos a los beneficiarios y no considerar a las organizaciones. La inscripción a este programa se realizaría a través de un Censo de Bienestar, mismo que es levantado por un grupo de jóvenes participantes en una organización de voluntarios denominado Servidores de la Nación que se controla desde una oficina dependiente de la presidencia de la república.

En Chiapas este programa no está funcionando y el censo no está integrado, lo que significa que la entidad no tiene un padrón de beneficiarios y el período de siembra del maíz prácticamente concluye en 15 días.

Los apoyos del Programa Producción para el Bienestar, que el gobierno federal tenía planeado distribuir después del mes de febrero y antes del inicio de la temporada de lluvia no se han entregado a los miles de productores del campo chiapaneco, en el que se combina la ineficiencia, la irresponsabilidad y la falta de mecanismos de control tanto en la secretaría del campo en Chiapas como en la oficina del superdelegado, que representa al gobierno federal en Chiapas.

La ausencia de apoyos afecta directamente a la producción de maíz, pues de una producción aproximada de un poco más de un millón de toneladas no se llegará a más de 300 mil toneladas, lo que contraviene los dos propósitos del programa en Chiapas, que sufrirá un decremento drástico de la producción de maíz y no se estará en condiciones de atender la demanda alimentaria de este grano, lo que significa que se está en víspera de una grave crisis alimentaria en la región, sobre todo de los miles de productores de autoconsumo en la región indígena de los Altos y en la Región de la Sierra.

El gobernador del Estado no ha dimensionado la falta de coordinación de la secretaría del campo con la oficina del superdelegado, porque simplemente no está realizando giras de trabajo en el campo chiapaneco en el que se puede observar que no están sembradas ni el 20% del total de las tierras destinadas para el cultivo de maíz.

En las metas del Programa Producción para el Bienestar se tenía previsto incrementar el número de beneficiarios de productores indígenas, algo que para el 2019 ya no se cumplió debido a la ausencia de entrega de semilla mejorada y fertilizantes. La gran paradoja es que el gobierno de Rutilio Escandón realiza una campaña publicitaria de su administración en la que se menciona que se asegura en Chiapas la seguridad alimentaria, algo que simplemente no se va a lograr, porque la ineficiencia gubernamental en la entrega de recursos va a repercutir directamente en los miles de productores de autoconsumo, quienes de por sí viven en condiciones de Inseguridad Alimentaria, en la que la adquisición de alimentos es limitada e incierta.