Sin inoperancia política

Editorial
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La administración de Rutilio Escandón está jugando con fuego en el mal manejo político con los maestros adherentes de la CNTE. La estrategia que se implementó tiene tres vertientes: se financia desde el gobierno una campaña mediática en contra del dirigente de la sección 7, Pedro Gómez Bámaca; la fiscalía, violando la presunción de inocencia,  filtró la información de un cobro indebido de cheques por parte del dirigente del sindicato de maestros, en el que se presume que pueden llegar a detenerlo y  se promueven asambleas con supuestos padres de familia para intimidar a los maestros que no se presenten a laborar.

Lamentablemente estas estrategias no corresponde a un gobierno democrático interesado en promover una transformación en el gobierno, más bien estas acciones corresponden a promoventes del porrismo. En donde clara y abiertamente desde el gobierno se está apostando a la violencia y a la confrontación.

Hasta ahora no le ha caído el veinte al gobernador del estado, que él es el responsable de garantizar la seguridad. Por lo tanto su principal actividad debiera ser la de construir gobernabilidad democrática y concordia entre la población y no andar creando escenarios de enfrentamientos.

Recurrir a un sector de la prensa, a la fiscalía para fabricar delitos y a padres de familia para el linchamiento de los maestros, sólo evidencia la incapacidad política de las autoridades para negociar y construir acuerdos. En este sentido, el gobernador, el secretario de gobierno y la secretaria de educación, no se han dado cuenta que cayeron en una celada, orquestada desde las coladeras del SNTE, quienes son los que realmente vienen asesorando a esta administración y están orillando al conflicto y al choque de trenes.

Rutilio Escandón no ha querido reconocer que entre sus colaboradores no hay talento ni visión de gobierno ni capacidad de trabajo. Está rodeado de diletantes de la política, que no están preparados para enfrentar un conflicto magisterial como el que se viene gestando, que de estallar, en este inicio de clases, va a poner en crisis la frágil economía que prevalece en la entidad.

Es un hecho que la sociedad chiapaneca no tiene por qué padecer un conflicto magisterial provocado por la incapacidad política de los mal llamados servidores públicos. La insensatez de este probable conflicto, se busca encubrir con una campaña mediática en las redes sociales, que tiene el propósito de generar desinformación y con ello desprestigiar a los maestros.

Sin embargo el gobierno de Rutilio Escandón está realizando malos cálculos. Carece de legitimidad, por su ausencia de resultados y el malestar está generalizado en todo el territorio. De tal manera que puede resultar contraproducente la intención de enfrentar a los padres de familia contra los maestros. Sobre todo porque iniciado el  movimiento, es más factible que se sumen a la movilización los grupos de inconformes diseminados en toda la entidad, que en este momento no tienen la capacidad de movilización que sí tiene el magisterio.

La falta de cálculos entre los servidores públicos les impide identificar, que ya estallado el movimiento magisterial, no habrán razones para levantar el paro, lo que puede significar un paro largo de labores, que pondría en crisis todas las actividades productivas del estado.