Sin rumbo ni ideas en la secretaría del campo

Editorial
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Uno de los grandes yerros de las designaciones de personas para integrar el gabinete que hiciera Rutilio Escandón se presentó en el nombramiento de la actual secretaria del campo. Aquí no se valoró la importancia que tiene esta secretaría, no sólo para la promoción de programas que mejoren la productividad agrícola sino también por el papel político relevante que tiene el gobierno para establecer condiciones de  gobernabilidad y de atención a miles de productores y trabajadores agrícolas.

La situación, es que el cambio climático está modificando la temporada de lluvias y fríos que impacta en la producción agrícola período, en el que se requiere conocimiento y experiencia en la materia para evitar que haya un abandono del campo chiapaneco, como está sucediendo en este gobierno, en el que se comparten responsabilidades e ineficiencias entre el gobierno del Estado y la figura del superdelegado del gobierno federal, en el que ni siquiera se cumplió con la integración del Censo de Bienestar que haga posible la inscripción de los productores beneficiados con los apoyos de los programas, y estos apoyos que de manera reiterada manifiesta el presidente que se han otorgado para Chiapas, en el caso de que sean ciertos, la entrega se ha realizado a través de un manejo discrecional

La situación en el campo no es un asunto sencillo y se puede regresar a la época de los ochenta, en donde la violencia institucional, que era promovida por el Estado, ocasionó una represión generalizada hacia los trabajadores y productores agrícolas, que se movilizaron en la exigencia de garantías para la producción agrícola.

Chiapas sigue teniendo una mayoría de población rural y su principal actividad económica continúan siendo las actividades agropecuarias, y en el proyecto de presupuesto del gobierno federal había la intención de reducir en un 40% de los recursos destinados al campo, en donde el sector más afectado es el de la producción agrícola de exportación, lo que ocasionó la movilización de distintas organizaciones en rechazo a esa visión y lograron que se programaran ampliaciones presupuestales que estaban eliminadas. Esto pareciera no preocuparle al gobierno de Chiapas, en virtud de la parálisis que persiste en la secretaría del campo en la entidad, que ha dejado a la deriva a distintos grupos de productores.

El gobernador Rutilio Escandón trae un discurso de combate a la corrupción pero no suficientemente claro que designar a funcionarios que no tienen las competencias para desempeñar una responsabilidad es un acto de corrupción y no percibe que los subejercicios presupuestales, como el que hay en las distintas dependencias de la administración también es corrupción, y la asignación de obras sin licitaciones como se viene realizando también es corrupción, pero lo más grave, es que tampoco le resulta claro, que los recursos públicos destinados para procurar la autosuficiencia alimentaria, que no son ejercidos, representan una violación a derechos humanos, en el que deben ser sancionados los funcionarios responsables de esos atropellos, por los riesgos que esto representa para la soberanía alimentaria.