La violencia bajo el pretexto de la contingencia sanitaria

 

Ya se ha señalado que una función primordial de todo gobernante es la de tomar decisiones. Lamentablemente en Chiapas el gobernador no quiere correr con los riesgos que representa la toma de decisiones y eso viene provocando la inacción política en la entidad. A esta inacción hay que agregarle la ausencia de proyecto de gobierno, el desconocimiento de la problemática de Chiapas, la ignorancia del sistema de usos y costumbres en las comunidades indígenas, la crisis sanitaria que ya produjo contagios en municipios con predominancia indígena, la ausencia de una política de medios que sumara a la sociedad como actor fundamental para evitar la propalación del virus y que evitara acciones violatorias a derechos humanos, la indiferencia para destinar recursos públicos al combate de la pandemia y el protagonismo de un secretario de salud que no tiene los conocimientos ni el liderazgo del gremio médico.

Todos estos problemas, que tienen soluciones a través de la prevención y la planeación,  fueron provocados  desde las oficinas del gobierno y  problemas como los que se está viviendo en Yajalón, en la que es preocupante la falta de manejo político, la violencia se puede llegar a acrecentar y generar un enfrentamiento intermunicipal entre población de Yajalón, Tila, Tumbalá y Chilón-, con resultados impredecibles por la agresividad que prevalece en las comunidades ch’ol.

Los retenes, sin una política adecuada de medios, se están convirtiendo en un espacio de arbitrariedad policíaca y de molestia para la población, y se convirtieron en una actividad contraproducente por el número de violaciones de derechos humanos que allí se vienen cometiendo, en el que se deja ver la ausencia del Estado, quien debió de haber establecido los protocolos y haber tomado las medidas preventivas para evitar, en la medida de lo posible, que el COVID 19 llegara a las comunidades indígenas, que por sus condiciones de pobreza y pobreza extrema se encuentran en condiciones de mayor vulnerabilidad.

En la región Ch’ol son notorias las omisiones en las que ha incurrido la autoridad. En donde tiene que actuar para eliminar el retén en la carretera de entrada a Yajalón, que se convirtió en el instrumento de disputa  entre pobladores de distintos municipios que requieren tener garantías de circulación vehicular. Adicionalmente el presidente municipal debe ser llamado a cuentas por el desorden y el abuso de poder con el que se maneja el cuerpo de policías, en el que han sido denunciados por los abusos recurrentes y por sus prácticas al margen de la ley.

La actuación del gobierno en las próximas horas van a ser claves para evitar el desenlace de violencia que se prevé en esta región, en donde un grupo paramilitar, bajo el pretexto de la contingencia sanitaria quiere aprovechar las circunstancias para imponer el terror, con la complacencia o la irresponsabilidad del gobierno de Rutilio Escandón.