Una transformación de gato por liebre

Editorial
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En los últimos días se ha incrementado el número de contagios de coronavirus en Chiapas, lo que puede significar que se perdió la posibilidad de tener bajo control este problema de salud. Si el gobierno tenía las expectativas en que a finales de mayo se iba a levantar la cuarentena, eso ya no es posible; la tendencia muestra una línea ascendente de contagios, en el que se prevé la agudización del problema en los próximos días.

La ausencia de decisiones en el momento oportuno, en el que hubo una postura de cerrazón al no destinar los recursos públicos necesarios para enfrentar la contingencia sanitaria, en el que se apostó a la caridad, a las donaciones y al error de exprimir el salario de los trabajadores bajo el criterio de donativo voluntario, puede traer serias consecuencias debido al número de muertos que se avecinan, en el que sin duda hay una responsabilidad del Estado, al no tomar medidas preventivas, de protección y de promoción para garantizar la salud y la vida de la población.

Junto a este problema ya de por sí grave por las implicaciones que tiene, el gobierno de Rutilio Escandón enfrenta el problema de la baja producción en el campo que provoca la pérdida de la soberanía alimentaria, en el que miles de comunidades que viven del autoconsumo no están recibiendo los apoyos del gobierno para la siembra del maíz.

Hay una terrible ineficacia y corrupción en la secretaria agricultura, ganadería y pesca, en el que no dimensionan las consecuencias de la caída de la producción de maíz. Este gobierno no tiene posibilidades para igualar la producción de maíz en Chiapas en los años 90 del siglo pasado, en el que se producían dos millones de toneladas de maíz al año, lo preocupante es que en el 2019 no se llegaron ni a las 600 mil toneladas y este año, así como está de negligente el gobierno, no se van a superar las 300 mil toneladas de grano.

Lo mismo sucede con la producción de café, que fue afectada por una baja del precio y los productores tuvieron problemas para contratar mano de obra para la cosecha, porque la frontera con Guatemala tuvo muchas restricciones, se incrementó la extorsión policíaca, hay mucha inseguridad para los migrantes y el salario mínimo que se paga en Guatemala es de 200 pesos diarios, cantidad superior a la que se paga en México y este año por la desatención del gobierno al sector, la situación de la cafeticultura va a ser peor.

Los productores de palma africana también padecen serias dificultades para introducir su fruta en las empresas procesadoras de aceite, que están viviendo una situación de crisis, por la sobresaturación del mercado debido a la importación de aceite de palma.

La riqueza y potencial agrícola de Chiapas quedó convertida en un mito, pues se perdió la soberanía alimentaria. Resulta inaceptable que se mantenga una política de importación de maíz amarillo, de café y de aceite de palma, en lugar de estimular la producción local para abastecer el mercado interno.

El gobernador del Estado tiene encima dos graves problemas: el de la contingencia sanitaria, en el que no se tomaron decisiones eficaces y el problema ya superó las capacidades del sistema de salud, y el de la falta de programas de apoyo para reactivar la producción de granos, en donde la inacción del gobierno puede provocar una hambruna para los próximos meses.