El gobernador señala que todo va muy bien

Editorial
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En Chiapas cada vez hay más visos de un colapso de la administración que encabeza Rutilio Escandón, visión que contrasta con las evaluaciones que realiza el propio gobernador, quien considera que todo está muy bien y que incluso presume logros, que solo están en su imaginación y que le impiden tomar con seriedad decisiones políticas para evitar el desastre social al que se camina.

La entidad atraviesa en este momento por una situación difícil, en el que resulta notoria la pérdida de legitimidad del gobernador y en la que es generalizada la crítica hacia las autoridades, a partir de sucesos vergonzosos que se convirtieron en noticia nacional, que mostraron el nivel de deterioro que hay en la vida pública, sin que eso le resulte relevante al gobernador, quien se encerró en su burbuja, y se encuentra aislado de la terrible realidad que se vive en el Estado, en donde todos los indicadores del semáforo económico se encuentran en rojo.

El discurso triunfalista del gobernador en la reunión de gabinete de este fin de semana no augura buenas noticias. Sobre todo, porque no corresponde a la realidad que un amplio sector de la población chiapaneca percibe y que manifiesta la necesidad de cambios. Pero está claro, que las lecturas políticas que hace el gobernador tienen un sentido contrario, y aunque la población le exija cambios y remociones de funcionarios, Rutilio Escandón los va a sostener, lo que terminará provocando conflictos mayores y el convencimiento popular de que el gobierno de transformación que se prometió son puras vaciladas, en el que no se diferencia en nada con los gobiernos que lo precedieron.

Al gobernador le urge anunciar buenos resultados, pero a su alrededor no tiene nada que anunciar, debido a que no hay programas concretos para el bienestar de los grupos con mayor responsabilidad, y todos los recursos se terminarán dilapidando, sin que se conozca a ciencia cierta hacia donde se invirtieron los más de 90 mil millones de pesos del año pasado y el avance presupuestal de este año tiene un ejercicio de 50 mil millones de pesos, sin que se conozca en qué fueron empleados.

Aunque a Rutilio Escandón le faltan más de 50 meses de duración del período de gobierno, hay voces que consideran que su gestión ya acabó, sin dejar ningún legado que recuerde la acción más trascendental de su gobierno. De continuar así el estado de las cosas, se habrán cumplido 18 años de gobiernos malogrados, de manera ininterrumpida en la entidad.