El respaldo a funcionarios incapaces

Editorial
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En Chiapas y gran parte del país se está viviendo una situación inédita en la administración pública, la protección y respaldo a funcionarios que han incurrido en fallas en el desempeño del trabajo y que se encuentran severamente cuestionados por amplios sectores de la población.

La respuesta ayer del presidente resultó esclarecedora de esta situación: “Apoyamos al doctor López-Gatell, ha hecho un buen trabajo”. La opinión del presidente no pudo resultar más comprometedora e irreal. El manejo de la crisis sanitaria ha sido un desastre en el gobierno, las cifras así lo indican a pesar del maquillaje que se hace en los informes y esto ha sido acompañadas con críticas de los organismos más importantes en materia de salud, por las malas decisiones aplicadas en el manejo de la pandemia.

La postura del presidente de defender a funcionarios ineficaces se reproduce cabalmente en Chiapas. Aquí el gobernador ha respaldado a un mequetrefe en el sector salud, que con sus ocurrencias y faltas de tacto se convirtió en el hazmerreir de la prensa nacional. La paradoja del desastre en el gobierno de Rutilio Escandón es que el secretario de salud, considerado como tonto por la prensa nacional, es el funcionario más lúcido de este gobierno y el que mejor se sabe la tabla del 2.

Las cosas tampoco son fáciles para el fiscal general, que se involucra demás en los asuntos del gobierno, como si fuera otro empleado del gobernador, perdiendo de vista que la fiscalía es un órgano autónomo. Esta supeditación es lo que ocasionó que muchos casos se revirtieran y se convirtieran en escándalo: por ejemplo el affaire de la hija del gobernador, el caso del homicidio imprudencial de un hijo de una regidora del municipio de Tuxtla, el accidente automovilístico del Director del IMSS, en el que pronto la fiscalía salió a decir que el culpable del accidente fue el único conductor que perdió la vida, o la supuesta desarticulación de una red de trata infantil, en el que uno de los detenidos murió en la prisión con señales de tortura o el caso de la detención del médico del ISSSTECH, que despertó la indignación y solidaridad del gremio médico a nivel nacional, que orilló a la fiscalía a solicitar al juez el cambio de las medidas cautelares para que el juicio lo pueda llevar en libertad.

La realidad es que los asuntos no caminan en palacio y nadie ayuda al gobernador. Todo el aparato público sufre de una parálisis institucional en donde nadie toma decisiones, hasta que los problemas estallan y algunos de éstos se convierten en molestia para la población, cuando se acompañan por cierre de carreteras, toma de casetas o plantones en la vía pública.

La ruta que tomó el gobierno de Rutilio Escandón es la más equivocada. No quiere aprender de las experiencias ajenas, y eso que él colaboró con los dos gobiernos que lo precedieron, que resultaron lo peor que pudo pasarle a la historia de Chiapas.