Chiapas es de nuevo noticia nacional por el video de la entrega de recursos públicos a un hermano menor de AMLO. Esta ilegalidad no es un asunto menor pues representa claras violaciones al financiamiento a los partidos sancionados en la ley electoral y sirve de pre-texto para explotar el coraje popular en contra del exgobernador Manuel Velasco en las redes sociales.
Velasco Coello nunca cuidó su salida y al último terminó confrontado con muchos per-sonajes que hoy celebran su desliz y que le apuestan a que termine la suerte que le ha acompañado en su vida política y la ruptura con el presidente de la república. Por eso no es gratuito que le revivan viejos videos que lo comprometen y que provocan un mayor lin-chamiento de su persona. Paradójicamente el mayor encono lo tiene en el propio gober-nador Rutilio Escandón, quien es su heredero y copartícipe de los apoyos que se canaliza-ron al proyecto de Andrés Manuel López Obrador y que permanece agazapado en este escándalo, seguramente feliz de que su nombre no aparezca en este alboroto, pero que de abrirse una investigación seria e imparcial va a salir involucrado, pues siempre mantuvo una relación cercana, de complicidad y subordinación con Pío López Obrador.
El affaire político complica aún más la difícil situación de gobernabilidad que hay en Chiapas, que en este momento es un polvorín a punto de estallar, sin que haya intención por atender los problemas, y el gobernador no percibe el desastre de administración que tiene, en donde sobresale la falta de oficio político y la carencia de ideas sobre qué hacer para construir gobierno y enderezar el barco que va a pique.
Chiapas ha sido siempre un laboratorio político y aquí, con movimientos sociales y atentados se gestaron la caída de por lo menos dos secretarios de gobernación, que tenían fuerza política y trayectoria en su desempeño, como fueron Patrocinio González Garrido y Emilio Chuayffet, quienes fueron sacrificados por el movimiento zapatista y por la masa-cre de Acteal.
La explotación mediática en contra de Manuel Velasco no salva a Rutilio Escandón, es más lo condena, porque el gobernador ha usado con recurrencia un lenguaje desacredi-tante de la administración anterior y ha criticado duramente la corrupción de ese go-bierno sin darse cuenta que él fue parte de esa corrupción. Lo grave de esta situación es el desgaste que tiene la imagen de Rutilio Escandón, quien recibe muestras de rechazo y no ha sido capaz de mostrar un nuevo rostro en la toma de decisiones y se mantiene como un gobierno de continuidad, sin resultados y con una ineficacia que lo lleva al fracaso, en donde la magnitud de los problemas y los errores cometidos sobre todo por la fiscalía ge-neral lo terminarán colocando al borde de la renuncia.
Rutilio Escandón en este momento ya es un estorbo para la 4t y se encuentra solo, en medio de una tormenta que amenaza aniquilarlo.
La corresponsabilidad de Rutilio Escandón
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