¿Cambio o Continuidad?

Editorial
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Chiapas cumple ya catorce años de gobiernos desafortunados. De éstos, la decepción mayor es la administración de Rutilio Escandón, del que se esperaba que conformara un gobierno de cambios y que mejorara el rumbo de la entidad. Sin embargo, le quedó a deber a Chiapas, en virtud en que lo que debía ser un gobierno democrático, que empoderara a los ciudadanos, que fortaleciera la transparencia y que mejorara la eficacia en el funcionamiento del gobierno, terminó siendo lo mismo que el gobierno de Juan Sabines y Manuel Velasco. Son 23 meses transcurridos de esta administración, y más que gobierno de transformación, lo que se observa es la continuidad de las mismas prácticas políticas de los gobiernos que dañaron a la entidad, y con su actuación como gobierno, están traicionando a la confianza de los electores, que confiaron en que iban a ser un gobierno diferente y hasta ahora han quedado a deber.

La crisis sanitaria que se está padeciendo y la crisis económica que la acompaña, debiera de despertar el interés o la preocupación del gobernador por construir  un gobierno diferente, pero ahora se está viviendo el mismo show mediático que hubiera montado Manuel Velasco o Juan Sabines y las mismas práctica de ocultar información, en el que se anuncia de que hay capacidad hospitalaria en la entidad, pero cuando los infectados han acudido a las clínicas Covid no los reciben y los regresan a su casa en donde muchos terminaron falleciendo.

El gobernador dejó en las manos del secretario de salud el manejo de la pandemia, pero este personaje no tuvo el liderazgo ni el reconocimiento de los distintos grupos de médicos, que lo vieron falto de conocimiento, de seriedad y con una rapacidad sorprendente, realizando un ejercicio del presupuesto en contubernio con empresas tabasqueñas, a quienes les ha comprado dos mil millones de pesos en medicinas, pero éstas no aparecen en un ninguna clínica u hospital del Estado, que siguen sufriendo el desabasto

La peor crisis en la historia de Chiapas, le tocó enfrentarse al peor grupo de funcionarios que haya existido en la entidad, y eso que la historia de Chiapas está llena de malos gobiernos, pero el caso de esta administración resulta exagerado, en donde la cabeza más brillante del gabinete es la del secretario de salud, quien por la ligereza de sus comentarios ha sido objeto de burlas en los medios nacionales, pero que aquí en Chiapas el gobernador lo sostiene debido a que le ha sido útil, en la opacidad en el manejo de los recursos, y en donde carece de importancia en que no hayan  resultados positivos en el sector salud.

Los daños ocasionados por la pandemia son irreparables y la mayoría de los hogares de Chiapas han sufrido la pérdida de familiares, de amigos, vecinos o conocidos, pero eso tampoco tiene importancia para el gobernador, que disfruta las mieles de poder, convencido de que hace política y de que se están haciendo bien las cosas.