A Chiapas le está yendo mal

Editorial
Typography

En el proceso electoral que se avecina es fundamental modificar el rumbo del gobierno a través de un ejercicio reflexivo del voto, sobre todo porque en los dos años de la administración de Rutilio Escandón ha quedado claro que el gobernador no estaba preparado para desempeñar el cargo y por la carencia de cuadros preparados e inteligentes de MORENA no se pudo rodear de sólidos perfiles profesionales de hombre y mujeres que le actuaran con eficacia y con ello ocultar las limitaciones y la falta de proyectos.

Los nulos resultados de esta administración no son para aplaudir o celebrar sino que resultan preocupantes. En este periódico no se apuesta a que le vaya mal a Chiapas, pero en sus páginas se ha señalado que el silogismo tantas veces mencionados de que le vaya bien al gobernador para que le vaya bien a Chiapas es falso y esta falsedad se refleja claramente en los exgobernadores Juan Sabines Guerrero y Manuel Velasco Coello, a quienes les está yendo muy bien y dejaron en el desastre social y económico a Chiapas.

Aquí en estas páginas la apuesta es la mejora de la vida pública y de la población, y los desaciertos de los gobernadores se señalan, pero nunca con la intención de celebrar las fallas y fracasos gubernamentales. En este sentido preocupa que Rutilio Escandón no esté proponiendo las políticas públicas que procuren el bienestar de la población y que no se tomen las mejores decisiones para controlar la pandemia que ya destrozó las actividades económicas de Chiapas y profundizó las diferencias sociales, y no se ven visos que el número de contagios y de fallecimientos disminuyan en donde resulta más que obvio el ocultamiento de información por parte de la autoridad.

En este sentido resultan alarmantes los últimos videos del gobernador del Estado, quien insiste en hablar sin definir un guión que le permita comunicar con mesura e inteligencia sus mensajes, en el que se le observa desencajado y utilizando un discurso que demerita la presencia del gobernador, pues encubre con demagogia la impotencia de un gobernador que no sabe qué hacer frente a los problemas que surgen por todos lados.

El gobernador tiene primero que reconocer que está inmerso en una crisis sanitaria, económica, política y social, que lo obliga a elaborar una agenda de gobierno y políticas públicas adecuadas para atender las contingencias  de su gobierno. A su vez, Rutilio Escandón tiene que reconocer que se equivocó en la conformación de su gabinete y aprovechar la coyuntura electoral para realizar los ajustes necesarios. Junto a ello, debe analizar cómo quiere que sea el relevo de gobierno, tomando en cuenta el desprestigio que tiene Juan Sabines Guerrero y el rechazo social que representa Manuel Velasco Coello. Esto no es un asunto menor, debido a que el mal desempeño de Rutilio Escandón lo convierte en el peor gobernador de la historia contemporánea de Chiapas y eso hace prever un final desastroso, en el que tendrá que rendir cuentas.