18 años de gobierno malogrado

Editorial
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En Chiapas es notorio el colapso que hay en la administración que encabeza Rutilio Escandón, visión que contrasta con las evaluaciones que realiza el propio gobernador en las reuniones de gabinete, donde considera que todo está muy bien y que incluso presume logros, que solo están en su imaginación y que le impiden tomar con seriedad el conjunto de las decisiones políticas para contrarrestar e impedir el desastre social al que se camina inexplicablemente.

La entidad atraviesa en este momento por la peor situación social y económica de las últimas décadas, no solo por la crisis sanitaria y económica que se vive sino por la pérdida de legitimidad del gobernador, en la que se está generalizando la crítica hacia las autoridades, a partir de sucesos vergonzosos que se convirtieron en noticia nacional e internacional, como es el feminicidio de Mariana, que muestra el nivel de deterioro que hay en la vida pública, sin que esto le resulte relevante al gobernador, quien se encerró en su burbuja y se encuentra aislado de la terrible realidad que se vive en el Estado, 

El discurso triunfalista del gobernador en la reunión de gabinete del inicio de semana no augura buenas noticias. Sobre todo, porque no corresponde a la realidad que un amplio sector de la población chiapaneca percibe y que manifiesta la necesidad de cambios, pero sobre todo de toma de decisiones políticas eficaces. Está claro, que las lecturas políticas que hace el gobernador van en sentido contrario al de la mayoría, y aunque la población le exija cambios y remociones de funcionarios, Rutilio Escandón no actúa y con muestras de capricho e irresponsabilidad sostiene a sus funcionarios, situación que terminará provocando mayores conflictos, pues existe el convencimiento popular de que el gobierno de transformación que se prometió son puras vaciladas, en el que no se diferencia en nada con los gobiernos que lo precedieron.

Al gobernador le urge anunciar buenos resultados, por eso se atrevieron a inventar logros inexistentes sobre el combate al Covid y a rendir informes semanales falsos sobre contagios y fallecimientos,  pero en realidad, la administración de Rutilio Escandón no tiene nada positivo que anunciar, debido a que no hay programas concretos para el bienestar de los grupos con mayor vulnerabilidad y no existe un plan de maestro de obras para el desarrollo, no hay apoyos para el campo y se desconoce en que se han invertido los más de 185 mil millones de pesos que supuestamente se han ejercido en los dos primeros años de esta administración.

Aunque a Rutilio Escandón le faltan 50 meses de duración del período de gobierno, hay voces que consideran que su gestión ya finalizó, sin dejar ningún legado que recuerde una acción trascendental de este gobierno. Y si en las próximas elecciones del mes de julio, no se construyen en la entidad una nueva mayoría, que impulse un cambio de timón y que constituya un gobierno de coalición, se corre el riesgo de que se cumplan 18 años de gobiernos malogrados, de manera ininterrumpida en la entidad.