El Covid 19 y las elecciones

Editorial
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El gobernador Rutilio Escandón ha repetido tantas veces la misma mentira sobre las estadísticos de contagios y fallecimientos por Covid 19, que está convencido que esa mentira se convirtió en una verdad, en donde su apuesta con el semáforo verde en la entidad, es el reinicio de las clases presenciales.

No es cierto que el contagio en Chiapas esté bajo control. No es cierto que el número de fallecimientos esté a la baja. No es cierto que las clínicas de salud se hayan abastecido de medicamentos y que los médicos hayan tenido el apoyo que se requería para atender con eficacia esta pandemia.

En Chiapas hay un mal manejo de la pandemia y a la vez, una desinformación sobre la importancia de las medidas preventivas que representa la vacunación, pues se corre el riesgo que comunidades enteras rechacen la vacuna o que de manera individual no acudan a los módulos de vacunación, como está sucediendo en los municipios de la costa de Arriaga, Tonalá, Pijijiapan y Escuintla, en el que vecinos de otros municipios mayores de 60 años se están vacunando ante la resistencia de los pobladores inicialmente beneficiados.

La preocupación del gobernador en este momento no es atender la crisis sanitaria ni la de garantizar la máxima disponibilidad de los recursos para hacer frente a este problema de salud pública. La preocupación del gobernador es cumplir con las instrucciones presidenciales de que en Chiapas se tiene que ganar las 13 diputaciones federales que están en juego, situación que desde ahora se pronostica que va a ser una tarea complicada para Rutilio Escandón cumplir con esa instrucción presidencial.

La elección del 6 de junio significa para el presidente refrendar la mayoría en el Congreso de la Unión y con ello el futuro de la presidencia, pero también significa redefinir el rumbo político, establecer un equilibrio de poderes, construir una nueva mayoría y garantizar el pluralismo político en el país. De allí la importancia que representa Chiapas en estas elecciones, en el que se espera que la entidad aporte 13 diputaciones federales al proyecto del presidente. Sin embargo no se observa cómo el gobernador pueda ganar estas diputaciones federales, pues no hay el trabajo político para lograrlo, lo que hace prever negros nubarrones en la entidad, en donde el riesgo de la violencia está latente.

En este sentido, se especula que el máximo de diputaciones que puede ganar Morena con sus aliados en la entidad son 9 diputaciones, situación que estaría evidenciando el fracaso de la operación política del gobernador, sobre todo si se le compara con los gobernadores que lo precedieron, quienes nunca tuvieron dificultades para aplicar la alquimia electoral y poner al servicio del presidente los votos de Chiapas.