Las cosas no pueden estar peor

Editorial
Typography

La degradación de la política en Chiapas ha tomado un rumbo peligroso, en el que personajes impresentables ofrecen mejorar las condiciones sociales de la entidad, cuando en realidad representan lo peor de la sociedad. La gran paradoja, es que el discurso del partido Morena se proponen acabar con los conservadores cuando todos los candidatos a las diputaciones federales representan una ideología conservadora escondida en el discurso ficción que enarbola la presidencia de la república.

Cómo votar por candidatos como Ismael Brito Mazariegos o Jorge Luis Llaven Abarca, más cercanos a la delincuencia organizada, que a las justas demandas de un mejor nivel de vida de la población. O votar por Luis Armando Melgar, que representa los intereses de TV Azteca, que en Chiapas desarrolla grandes proyectos de explotación laboral y de destrucción de la naturaleza, este candidato es la antítesis de lo que debe ser un representante popular, comprometido por la transformación. O votar por las imposturas de Roberto Rubio, Manuela Obrador o Patricia Mass, que buscan ser diputados usurpando una representación que les corresponde a la población indígena y que sin pudor alguno cometen un fraude presentando documentos falsos al INE que les acredite la autoadscripción indígena.

La degradación política de Morena proviene de sus raíces del PRI, que a su vez presenta candidatos igualmente impresentables, como lo es Emilio Salazar Farías, que utiliza a la política para hacer negocios y enriquecerse, que fue capaz de robar el patrimonio económico de su propia familia, con esa falta de escrúpulos que se puede esperar de él. O candidatos como Roberto Aquiles, Julián Nazar o Mario Carlos Culebro.

Cómo convocar a la población a que salga a votar por personajes que no se preocupan por construir un Chiapas mejor. Lo absurdo de este proceso es escuchar a personas que se asumen de izquierda pidiendo a la población que voten por los candidatos de Morena, a sabiendas que este partido lleva candidatos  realmente conservadores y ajenos a la lucha social. Lo peor de todo es que argumentan que se debe de votar por los candidatos de Morena a pesar de que no representan los valores de la transformación pero que se requiere de que lleguen al Congreso para que el presidente no pierda la mayoría. Este argumento produce ternura, en virtud de que no entienden que el Congreso es un poder distinto al del Ejecutivo encarnado en el presidente, y que el Congreso debe garantizar el equilibrio del poder para no caer en la tiranía o en los deseos autoritarios. Pero a su vez, el Congreso representa también el pluralismo político de la sociedad, pluralismo que pretenden socavar.

Chiapas está a punto del colapso debido a 14 años de pésimos gobiernos, y que el gobernador Rutilio Escandón solo cuenta con un 40% de aceptación y tiene todos los indicadores del semáforo económico en rojo, situación que obliga a la reflexión sobre cuál debe ser el rumbo político de Chiapas. Pero esto se encuentra ajeno de las campañas, en virtud de que Chiapas no importa. Chiapas es solo el pretexto para el enriquecimiento ilícito y de un ejercicio de poder que se encuentra extraviado.