El cambio de timón

Los resultados de la encuesta sobre el desempeño de los gobernadores de la empresa Mitofsky, muestra una calificación del 41.5% de aprobación para el gobernador de Chiapas, nota considerada baja, que contrasta diametralmente con las evaluaciones que realiza el propio gobernador en las reuniones de gabinete, en el que siempre señala que todo va muy bien.

Este 41.5% de aprobación refleja el colapso que tiene la administración que encabeza Rutilio Escandón, y muestra a la vez, el nivel de deterioro que hay en la vida pública, con una creciente pérdida de legitimidad del gobernante, en donde el desorden social se presenta en distintos puntos del Estado, sin que nadie opere políticamente para disminuir los problemas de gobernabilidad. Prueba de ello son los cierre de carreteras y paros de protesta que hubo el fin de semana que afectó a la ciudad de Palenque a Ocosingo y a Oxchuc y el día de ayer se cerró el paso de la carretera de Teopisca y existe la alerta que emitiera el fin de semana La Casa del Pueblo, en el municipio de Carranza, que tiene paralizada todas las actividades por el temor de las agresiones, lo que implica una doble preocupación, pues de suscitarse conflictos estos serían en la tierra del gobernador.

El discurso triunfalista del gobernador en la reunión del fin de semana con empresarios de Tapachula no refleja la realidad que se está viviendo en Chiapas, pues no se percibe que haya una inversión productiva en la entidad, aun y cuando se hayan ejercido en esta administración más de 200 mil millones de pesos, sin que se sepa a ciencia cierta en qué y en dónde fueron invertidos esos recursos.

Si existiera la cordura política en este gobierno, los resultados de la encuesta de aprobación del gobernador debieran de conducir a la búsqueda de acuerdos para construir acciones que proporcionen  gobernabilidad democrática en el Estado; sobre todo porque la situación social y económica en este momento está reproduciendo la condición política más peligrosa, en la que todos pierden, lo que estaría ocasionando mayores problemas de gobernabilidad.

Chiapas es la única entidad que no ha tenido crecimiento económico en los últimos veinte años, de allí se construye una de las explicaciones de los problemas de pobreza en la población, pero en realidad nunca se había tenido en puerta una crisis social y económica como la que se aproxima, y sobre esto no se están tomado las medidas de previsión adecuadas para contrarrestar los efectos de esta crisis. Para ello el gobernador requiere convocar a un pacto de gobernabilidad y bienestar y reorientar el presupuesto para atender prioritariamente estas políticas, en virtud de que la gobernabilidad y el bienestar solo pueden construirse con recursos públicos ejercidos de manera eficaz.