¿A qué se dedica el gobernador?

Editorial
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El principal problema que hay en Chiapas es que el gobernador, Rutilio Escandón, se ha desentendido de la responsabilidad de gobernar: en los dos primeros años de gestión, fue el exsecretario de gobierno, Ismael Brito, el que con su limitada visión y grandes ambiciones, tomaba las decisiones y éste, ante la ausencia del gobernador, se dedicó a construir su proyecto personal para la sucesión; ahora que Ismael Brito ya no forma parte del gabinete, nadie ejerce la responsabilidad de tomar decisiones y todo el aparato de la administración pública se encuentra sin rumbo y colapsado, sin que haya una voz que le pueda decir al gobernador que las cosas no funcionan y que el número de conflictos sin resolver se acrecientan.

El dilema que tiene el gobernador en este momento no es un asunto fácil; en virtud de que la administración se encuentra  en crisis sanitaria, económica, de credibilidad y de eficacia,  y Rutilio Escandón, que siempre fue un funcionario ligth, no estaba preparado para enfrentar una crisis de gobernabilidad política como la que se vive en Chiapas, especialmente en los municipios indígenas, en donde hay una desatención gubernamental, se tienen compromisos incumplidos y la generalización de la violencia representa la muestra evidente de la ausencia de gobierno.

La situación de Rutilio Escandón se complica con la represión de los estudiantes normalistas de Mactumatzá, en virtud de que no hay operadores políticos ni gabinete ni programas de gobierno, lo que significa de que no existe una barrera de contención a los conflictos, y la protesta va en aumento, situación que pone en riesgo el proceso electoral, por la falta de orden, en el que desde ahora se pone en duda que Morena y sus aliados puedan obtener el triunfo en las 13 diputaciones federales, pero por más en que se enciendan las luces de alarma, no se hace nada, debido a la indiferencia del gobernador.

El escenario de violencia en Chiapas no se va a resolver con la intervención de los cuerpos policíacos, que seguramente solo va a incrementar la violencia como sucedió anteriormente en otros gobiernos, que hicieron de la represión el único instrumento de gobierno. Por el contrario, la violencia en Chiapas va a disminuir en el momento en que exista un gobierno que atienda y resuelva las demandas sociales, que escuche a la población y que desarrolle un conjunto de proyectos con el propósito de mejorar los indicadores de bienestar, algo que desafortunadamente no está en los ánimos ni en las posibilidades del gobernador, debido a que él representa en estos momentos los problemas de Chiapas y no la solución.

El general Álvaro Obregón señalaba que en política sólo se cometía un error, lo demás eran tonterías. Esto aplica en las circunstancias actuales en Chiapas, en donde se cometió el error de reprimir a los estudiantes y todo los demás son tonterías, como esa de enviarlo al reclusorio del Amate y la de entregar banderas para la movilización, bajo la exigencia de la liberación de todos los detenidos. Sobre todo, porque las movilizaciones y los plantones se van a realizar en la Ciudad de México, dentro del marco de una movilización nacional, con el propósito de presionar al presidente de la república, quien tiene como preocupación central la de ganar la mayoría en la cámara de diputados y que la agenda Chiapas, lo va a distraer, debido a la indiferencia, insensibilidad y desinterés de Rutilio Escandón, quien no quiere, no puede y no sabe gobernar el Estado.