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Tue, Apr
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En las elecciones Chiapas perdió

Editorial
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A partir del levantamiento armado indígena zapatista del 1 de enero de 1994 el presupuesto federal destinado para Chiapas se incrementó considerablemente, a punto tal, que en los gobiernos de Pablo Salazar, Juan Sabines y Manuel Velasco se ejerció un presupuesto superior a los 900 mil millones de pesos, sin que ello haya generado una reducción de la pobreza o una mejoría en la calidad de vida de la población en Chiapas. Estos tres gobernadores del Estado mantuvieron una relación inmejorable con el presidente de la república, en el que se percibía un interés presidencial por mejorar las condiciones del Estado, sin embargo, y pese a esta cuantiosa inversión, la pobreza en el Estado continúa creciendo y las condiciones sociales han empeorado en condiciones superiores a las que existían antes de 1994.

Esta preocupación es lo que debió de haber estado presente durante la pasada jornada electoral que concluyó el domingo, pero ninguno de los actores políticos manifestó esta preocupación ni la necesidad del cambio del rostro de Chiapas, caracterizado por la injusticia, la pobreza, la violencia y la ingobernabilidad. Es más, ni siquiera hubo la mínima crítica a los gobiernos de los últimos 15 años, que han sido desafortunados y dañinos para la población, y que había que ponerle un dique a la administración que encabeza Rutilio Escandón, para evitar un mayor hundimiento, pues está empecinado en convertirse en peor gobierno de los que le antecedieron, y mantiene la misma política de indiferencia, corrupción, frivolidad e ineficacia, todo ello acompañado por la falta de proyectos y la inacción política, en donde el gobernador no toma decisiones simplemente porque quiere correr riesgos.

Lo peor que le podía suceder a Chiapas es el resurgimiento del Partido Verde, pues éste representa la peor descomposición de la política y el retorno de un gobierno malsano que deterioró la vida social en el Estado, y para mala fortuna, el ganador de la contienda fue Manuel Velasco y el Partido Verde, quien en los hechos demostró que tiene mayor manejo que el gobernador Rutilio Escandón, quien dejó de cumplir con la principal obligación que tiene, que es la de gobernar, actividad que considera irrelevante.

En este sentido, la alianza de Morena con el Verde no puede traer buenos augurios para Chiapas, aspecto que no fue del todo entendido por la ciudadanía, que lamentablemente se volvió a equivocar a la hora de depositar su voto, pues la administración de Rutilio Escandón continúa dilapidando recursos, en el que ya se ejercieron más de 250 mil millones de pesos sin resultado alguno y con un conjunto de demandas insatisfechas.

El balance de las promesas realizadas con el incumplimiento de las mismas no le favorecen a Rutilio Escandón, quien desperdició la mitad del gobierno, y no se ven visos de que en los siguientes meses las cosas vayan a mejorar, simple y sencillamente porque no existe una agenda de gobierno ni existen proyectos  ni ideas claras de qué es lo que se tiene que hacer. Los resultados de la elección muestran que ganó la alianza del verde con morena pero en realidad con esos resultados Chiapas va a terminar perdiendo. Al tiempo.