Operación cicatriz

En las elecciones intermedias, como la que se realizó el pasado domingo, la mayor disputa y los conflictos postelectorales se presentan en las presidencias municipales. Aquí la estrategia del gobierno fue que Morena y los partidos aliados fueran solos, porque eso les permitía sumar votos a los candidatos de las diputaciones federales. Fue esta estrategia, lo que ocasionó que la verdadera competencia electoral y los posibles brotes de violencia postelectoral, se den entre los simpatizantes del partido verde contra los de Morena.

Esto no es un asunto menor, pues el verde y Morena son dos partidos que mantienen alianzas en el ámbito nacional, y aquí hay ruptura en algunos municipios, lo que obliga al gobierno de Chiapas a impulsar una estrategia de operación cicatriz para evitar un colapso mayor a las frágiles condiciones sociales y de gobernabilidad que prevalecen en la entidad.

Esta operación cicatriz urge que se realice, debido a que la derrota de Morena en el ámbito municipal resulta estrepitosa: solo ganaron 26 presidencias de 120 en disputa, excluyendo los municipios en donde no hubo elecciones. Esto significa que el 79% de los candidatos de Morena a las presidencias municipales perdieron las elecciones. ¿Cómo se explica esta situación si son el partido gobernante y Morena publicita y celebra sus triunfos en todo el país?

La derrota de los candidatos a las presidencias municipales resulta inentendible porque eso significa que hubo voto cruzado, con una población que representa el 18% de analfabetismo en el padrón electoral, que además tiene un déficit en la cultura política, y nulas prácticas de participación política.

El malestar en los candidatos de Morena que salieron derrotados es evidente y nadie está atendiendo que este malestar no se vuelque hacia el propio gobierno de Rutilio Escandón, que no los respaldó y los dejó morir solos. Bajo estas circunstancias la elección a las presidencias municipales deja clara una lección política: en Chiapas es mejor ser candidato del verde con el respaldo de Manuel Velasco, que candidato de Morena.

Pero en la militancia de Morena queda también un sabor desagradable, en virtud de que en el reparto de las candidaturas no se respeto la trayectoria de los militantes y se dio la candidatura a tránsfugas de otros partidos sacrificando a los de casa; así sucedió con las candidaturas a las diputaciones federales y locales y también en algunas presidencias municipales, significativamente en Tapachula, Comitán y Ocosingo.

Lo que no se puede perder de vista es que la administración de Rutilio Escandón se encuentra al borde del colapso y la participación del verde, que se llevó una tajada importante del pastel en las elecciones, es una muestra de la pérdida de legitimidad política que tiene el gobernador. Por eso urge una operación cicatriz, para contrarrestar el impulso de la violencia postelectoral, pues la realidad es muy significativa: en Chiapas no existe el Estado necesario para atender y/o evitar los brotes de conflictos en varios municipios.