En Chiapas se viven señales de un colapso que inexplicablemente no se quiere observar. En el discurso los políticos reproducen una cultura de indiferencia y de ocultamiento de la realidad y se repiten una y otra vez, no pasa nada, hasta que todos se lo creen y entonces muchas voces exclaman no pasa nada; cuando realmente todos los días pasan cosas: hay pérdidas humanas, desplazamientos, torturas, ejecuciones, robos, allanamientos de morada, pero todo esto parece no importar, que se sigue repitiendo que en Chiapas no pasa nada.
¿Qué es lo que le importa al gobernador? ¿Por qué no se toma en serio el papel de gobernar? ¿Hasta cuándo va a continuar inmerso en la burbuja que lo mantiene ciego, sordo y en estado de levitación, que cuando camina no toca el piso? ¿Cuántas muertes más se requieren para que el gobernador alcance a ver la terrible realidad de una administración que no gobierna?
Chiapas merece y requiere urgentemente un gobierno de tiempo completo, en donde se trabaje 24 por 24, sin un segundo de descanso; en el que no hayan marionetas ni escapistas ni acciones de oropel ni se privilegie la ilusión óptica, en el que no se vendan mentiras ni se continúe con la demagogia de antaño, que terminó hundiendo a los políticos del PRI, pero que el gobierno de Morena se empecina en imitarlo y lo hace tan mal, que resultan un gobierno peor al del PRI, que tanto critican.
En la prensa nacional hay escritos que señalan la narcoviolencia y que utilizan términos de la existencia de un narcogobierno, en el que se militariza la región de Los Altos, contraviniendo la ley de pacificación y concordia, y a plena luz del día, en domingo, en una comunidad de Pantelhó, hay un despliegue de fuerza para presentar oficialmente a la sociedad al grupo de autodefensas, lo que deja en ridículo el papel que desempeña la Guardia Nacional y que evidencia la ausencia del Estado en esa localidad.
La presencia de grupos involucrados con la siembra y trasiego de drogas en algunas comunidades indígenas ya no se puede seguir ocultando. Como tampoco se puede ocultar la ausencia de políticas de mejora de vida en las comunidades indígenas, a quienes en apariencia se le destinan en política social cientos de millones de pesos, sin resultados, en virtud de que la pobreza continúa creciendo, pero el manejo de este presupuesto permite el enriquecimiento de funcionarios públicos.
En Chiapas hay una crisis económica, sanitaria, de gobernabilidad y de seguridad pública, pero esto carece de importancia para el gobernador y sus colaboradores, que viven en la irrealidad, y que acostumbran a repetir en Chiapas no pasa nada, cuando en realidad, las consecuencias de una nueva masacre los puede conducir no solo al despido sino a la prisión.
La indiferencia ante el colapso
Tools
Typography
- Font Size
- Default
- Reading Mode