Las consecuencias de la inacción política

Editorial
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Hay una alarmante preocupación en diferentes núcleos de la población, por incapacidad gubernamental para controlar la violencia en Chiapas, a punto tal, que no se implementan los mecanismos de mediación, conciliación y de sanción de estos conflictos y la impunidad es un patrón que se reproduce en la mayoría de los casos de violencia.

Resulta preocupante la pérdida de legitimidad que la administración de Rutilio Escandón ha sufrido en estos tres años de gestión, en el que lamentablemente dejó de representar los intereses de la población y hoy solo responde a intereses personales, que están muy alejados a la búsqueda del bien común en Chiapas y en el que se denota la falta de compromiso que hay por construir gobierno, sin importar los riesgos que esta irresponsabilidad ocasiona al gobierno federal, pues una nueva masacre en Chiapas, pondría en difícil situación al gobierno de la 4t, frente los organismos internacionales en derechos humanos.

En Chiapas el malestar por la violencia generalizada, no ha desarrollado una oposición partidiaria, sino que la protesta está en la población, que desde el inicio de la administración, hizo sentir su malestar, sin que hayan sido diligentemente atendidos por los funcionarios del gobierno, situación que terminó provocando el incremento de las acciones de protesta, a punto tal que en Pantelhó surge un grupo de autodefensa, dispuesto a expulsar de las comunidades a la delincuencia organizada, algo que no quiso realizar el propio gobierno.

Sin embargo, la actitud de indiferencia del gobernador Rutilio Escandón, a  los problemas que se vive en Chiapas,  no ayudan al presidente de la república, quien requiere de mayor margen de maniobra para intervenir en el conflicto en Pantelhó, que ya rebasó al gobierno estatal y en el que ya no es viable la intervención de la Guardia Nacional, pues ocasionaría un enfrentamiento con la milicia de las autodefensas y con ello un número considerable de muertos que el gobierno federal no quiere enfrentar.

En esta situación, el hecho que no se puede pasar por alto, es que la administración de Rutilio Escandón no ha cumplido con las expectativas de la gente y su gestión no tiene resultados a pesar de que se ejercido un presupuesto superior a los 230 mil millones de pesos. Frente a ello es notorio que los indicadores económicos de Chiapas están en rojo, que las actividades productivas están paralizadas, que no hay generación de empleo, que no se atienden ni resuelven los problemas, que los hospitales siguen sin medicinas, y todos estos problemas se reflejan en los resultados de las distintas encuestas, en donde Rutilio Escandón aparece entre los gobernante del país con las peores calificaciones en la aprobación del gobierno, en donde más del 70% de los chiapanecos desaprueban su gobierno, lo que significa que el gobernador ya no representa a los chiapanecos.

Esto último se refleja claramente en Los Altos de Chiapas, en donde se acordó hacer justicia en mano propia por la falta de confianza en las instituciones estatales. Pantelhó, sobre la base de los hechos, se constituyó como un municipio autónomo y no requiere de la autorización de los tribunales ni del órgano electoral para elegir a sus autoridades. Todo esto se debe, fundamentalmente, a la inacción política que caracteriza al gobierno de Rutilio Escandón en Chiapas.