Zoé Robledo mantiene un sueño

El 19 de julio se cumplió un año del fatídico accidente que sufriera Zoé Robledo en el libramiento sur, en el que perdiera la vida un joven profesor de educación física. En ese accidente prevaleció al abuso de autoridad, pues la fiscalía general del Estado, fiel a la costumbre que estableció Jorge Luis Llaven Abarca, quien fuera responsable de esa dependencia, fabricó pruebas y alteró los hechos con el fin de exonerar de toda responsabilidad al conductor y al vehículo en el que viajaba el Director del Seguro Social.

Del fallecido profesor, a quien se le reconocen las cualidades que tenía para la práctica del fútbol, difícilmente alguien de la comunidad de Suchiapa lo podía acusar de parrandero; sin embargo, la fiscalía del estado le fabricó la prueba de que el día del fatídico accidente había exceso de alcohol en los niveles de su sangre, algo poco creíble para sus familiares y amistades, pues el profesor era abstemio. Desde allí surge la sospecha de por qué la fiscalía sobreprotegió a Zoé Robledo, si él no tenía responsabilidad en el accidente al no ser el conductor del vehículo.

La sospecha se acrecienta cuando un paramédico que acudió a brindar apoyo en el lugar del accidente señala la existencia de otro vehículo en el percance, una suburban, en el que la policía mostró  un exagerado interés por retirarla del lugar y borrar toda posible huella en relato de los hechos, debido a que la presunción de la causa del accidente se debió a que ambos vehículos -la camioneta en que viajaba Zoé Robledo y la suburban-, venían echando competencias, cuando se dio el alcance y provocó que el vehículo conducido por el profesor saliera de la carretera y callera en un barranco de 35 metros de profundidad.

En la fabricación de pruebas y alteración de hechos que hiciera la fiscalía se narra que el profesor intentó un rebase y al no lograrlo, colisionó de frente con la camioneta en la que viajaba Zoé Robledo. Sin embargo, en la fotos de los vehículos accidentados se percibe un golpe en la parte trasera del vehículo del profesor y golpes en el frente que fueron ocasionados por la caída en el barranco.

Este accidente alteró el proyecto de vida de una joven viuda y de dos niños, que no recibieron apoyos del seguro del vehículo, debido a que la fiscalía inventó un certificado en la prueba de alcohol y dictaminó la culpabilidad del profesor. Pero esta familia se quedó sin apoyos de una pensión, en virtud de que los años laborados en la secretaría de educación no le alcanzan para obtener ese beneficio. El accidente acabó con los sueños de una familia, pero no así con los sueños de Zoé Robledo, quien mantiene la esperanza de ser candidato a la gubernatura del Estado, con el apoyo de López Obrador, a pesar de que su administración en el IMSS ha estado plagada de escándalos por actos de corrupción, y donde es un secreto a voces, que quien determina la contratación de los proveedores en la dependencia es su hermano.

El accidente de hace un año pinta de cuerpo entero la personalidad y los genes de Zoé Robledo, quien le ofreció un empleo en el IMSS a la viuda y a la fecha no le ha cumplido.