Ya saquearon a Chiapas una vez y lo quieren volver a saquear

Editorial
Typography

Un político que le ha hecho mucho daño a Chiapas es el presidente  Andrés Manuel López Obrador. Él es corresponsable de los 15 años ininterrumpidos de malos gobiernos en la entidad. Él puso a Juan Sabines Guerrero como gobernador, con las consecuencias  funestas que esta decisión provocó en la entidad, que le robó el futuro y la esperanza a más de dos millones de niños y adolescentes, con el pago de una deuda impagable, en el que se destinan seis millones de pesos diarios para el pago de intereses.

López Obrador mantuvo siempre  una complicidad con el gobierno de Manuel Velasco Coello, del que ahora cada vez se obtienen más evidencias de que financiaba su campaña con recursos públicos del Estado, a punto tal de que el exgobernador recibió como pago una senaduría, a pesar de las prohibiciones contempladas al respecto en la Constitución. De igual manera, AMLO puso como candidato a la gubernatura a Rutilio Escandón, quien no ha podido construir un gobierno en la entidad y le da un espaldarazo en el evento de ayer en Tapachula, a pesar de las notorias evidencias del caos en la entidad,  que demuestran que Rutilio  no puede ser el gobernador.

Pero los daños provocados por el presidente de la república en Tapachula son mayúsculos y criminales. Por un lado canceló el programa de desarrollo de la región implementado por Peña Nieto, las Zonas económicas especiales, y no propuso ningún proyecto alternativo que lo sustituyera. Por el otro, provocó la peor crisis humanitaria en la región, al estimular primero la migración Centroamericana y cuando el presidente Norteamericano Donald Trump le somató el escritorio, se estableció un retén en la ciudad para evitar la migración internacional hacia los Estados Unidos. Hoy día hay cerca de 100 mil migrantes en la franja fronteriza, sin que el Estado meicano defina una política pública para atender esta situación.

Para colmo de males, López Obrador manda señales adelantadas para la sucesión en Chiapas y muestra a Zoé Robledo como el elegido, a pesar del cúmulo de denuncias de corrupción que hay en el IMSS, en donde se ha señalado, que el que decide las compras y las asignaciones de contratos en esa dependencia es Gabino Robledo, hermano de Zoé.    

Zoé Robledo es hijo de Eduardo Robledo, quien fuera gobernador constitucional de Chiapas, pero su gestión solo duró 60 días. Se comenta que él supo que su gobierno era insostenible, y un día antes de su salida ordenó que se retiraran de los bancos los fondos de la administración pública y todo ese recurso se lo llevó. En un  día saqueó a Chiapas y ahora lo quieren volver a saquear con su hijo.

Zoé debe su carrera a Juan Sabines, y como diputado local fue cómplice en la autorización de los préstamos con que Chiapas fue endeudado. Lo grave de esto, es que muchos de estos préstamos se otorgaron violando los términos de la Constitución que señala que deben ser para una inversión productiva, y el propio Sabines, al término del mandato de Manuel Velasco, hizo público que la deuda se utilizó para el pago de nómina y para la reconstrucción de los daños provocados por el Stan, que son pruebas de las irregularidades cometidas en esos préstamos, en donde Zoé Robledo fue un actor protagónico, y ahora se apresta a tomar por asalto los recursos de Chiapas para imitar a su padre con el saqueo de Chiapas.