Sin rumbo la política migratoria

Editorial
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La caravana de migrante que avanza sobre la carretera costera, representa a su máxima expresión no solo la ausencia de una política migratoria sino la violación de convenios y tratados internacionales  que prohíben la criminalización de los migrantes y el uso de la fuerza pública en el derecho de tránsito de estas personas. La caravana en una semana se convirtió en la vergüenza de un gobierno que perdió el rumbo en la defensa de los migrantes frente a las políticas norteamericanas, hasta llegar a ser el más vil ejecutor de las instrucciones miserables  del gobierno de los Estados Unidos Americanos, para evitar que los migrantes lleguen a su frontera.

Las noticias de la caravana migrante aparecen en todo el mundo y el desprestigio internacional del gobierno de la 4t va en incremento con la ejecución del migrante cubano en manos de la Guardia Nacional, en el municipio de Pijijiapan, quienes dispararon a un vehículo que se negó a realizar el alto que le hiciera este grupo militar, en cuyo incidente salieron heridos otros cuatro migrantes de nacionalidad haitiana y hondureña. Este suceso evidencia la falta de tino de poner a militares en funciones de policías preventivos, quienes siguen la orden de tirar a mataren este tipo de situaciones.

La deficiencia de la ayuda humanitaria muestra una caravana de migrantes con mujeres y niños y niñas que sufren de la inclemencia  y las hostilidades policíacas en el camino a la búsqueda de un futuro mejor, en el que se juegan la vida a cada instante y en donde las mujeres están expuestas a sufrir violaciones sexuales, regularmente por miembros de las fuerzas policíacas del país.

Este drama de los migrantes se vive en Chiapas, que padece graves problemas de pobreza y desigualdad social, pero que tiene entre sus principales males la diversificación de las actividades de la delincuencia organizada, en el que se da el trasiego de droga, la trata, el tráfico de personas, el tráfico de armas, el huachicoleo y recientemente se vive la disputa del territorio entre grupos de la delincuencia organizada, con enfrentamiento y ejecuciones a plena luz del día en los municipios de Tuxtla, Tapachula, San Cristóbal, Comitán, Comalapa y Pueblo Nuevo.

La situación en Chiapas no puede estar peor, porque todos estos problemas se viven en medio de una ausencia de gobierno, que no ha sido capaz de diseñar políticas de gobierno y no tiene intención de construir un pacto de gobernabilidad, para evitar la violencia y enfrentamientos que se viven en gran parte del territorio chiapaneco.

La presencia de decenas de miles de migrantes en Tapachula ha agudizado los problemas de esta población, que durante años ha desarrollado sus actividades productivas sin la necesidad de la inversión pública, pero esta carencia de política migratoria, profundamente irresponsable, está provocando una grave crisis en el que se requiere urgentemente del diseño de un programa de apoyo a la frontera sur, de la magnitud de las zonas económicas especiales, que el gobierno de la 4t canceló, en el que se tenía previsto la inversión de varios miles de millones de pesos en la región, con el fin de generar riqueza, inversión, empleo, crecimiento y productividad.