El caos en las carreteras en Chiapas

Editorial
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La presencia informativa y crítica en las redes sociales, las experiencias políticas malogradas en gobiernos anteriores y el resurgimiento del movimiento popular en la entidad, son consecuencia de la dificultad que tiene el gobernador Rutilio Escandón Cadenas para  restaurar sin cambios, formas de dominación y  estilos en el ejercicio del poder en Chiapas similares a lo impuesto por Juan Sabines Guerrero y Manuel Velasco Coello.

En este sentido, las experiencias de gobiernos autoritarios y corruptos, que redujeron los espacios de libertad efectiva, que posibilitaron el enriquecimiento indiscriminado de funcionarios públicos y que pervirtieron el funcionamiento de las instituciones; desnaturalizando el papel de los partidos políticos, dejó enseñanzas en ciertos sectores de la población, que consideran el rechazo por lo inconveniente que resulta la restauración de un gobierno con el mismo corte que los anteriores y que de una u otra forma decidieron mantener sus voces en resistencia.

Sin embargo, el autoritarismo en el gobierno continúa presente y con ello las violaciones a los derechos humanos. La última muestra de ese autoritarismo fue la forma inadecuada en la que la Comisión Permanente de la anterior legislatura aprobó el nombramiento de seis Concejos Municipales sin tener facultad para nombrarlos,  y que el tamaño de tal regularidad terminó ocasionando que se interpusieran varios recursos de inconstitucionalidad, que tendrá que resolver la Suprema Corte con la orden de realizar elecciones extraordinarias.

Lo que hizo la anterior legislatura, avalado por los actuales diputados del Congreso Local fue sustraerse de su responsabilidad y no generó una alta participación en la auscultación de los nombramientos de los Concejos, con el fin de privilegiara la vida democrática y el respeto de los derechos políticos. Vulgar y llanamente, los diputados se mantienen inertes ante las violaciones de derechos y libertades de la población en seis municipios, preservando la ilegalidad y manteniendo la misma sumisión al Ejecutivo establecida en el régimen anterior, en donde las prácticas políticas no han cambiado y la cultura del PRI se reproduce por igual en los diputados de Morena, a punto tal que ya no se distinguen unos de los otros.

Esta subordinación de los diputados no les permite actuar con la independencia que tienen y no toman decisiones que favorezca a las mayorías. Por ejemplo, ayer las entradas de Tuxtla fueron tapadas y el Congreso en su conjunto o los diputados en lo particular, fueron incapaces de emitir un exhorto al gobierno para que atienda y resuelva las demandas de la población con el fin de que no se repitan hechos como los vividos el día de ayer, en donde Chiapas quedó convertido en la viva imagen del caos.