Los problemas sociales se van a agudizar

Editorial
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Cuando se llega a pensar que las cosas no podían estar peor en Chiapas, la realidad nos da crueles ejemplos, que nos lleva a la conclusión que lo peor está por venir, en virtud de la indiferencia y abandono en el ejercicio de gobierno por las autoridades del Estado, que envueltos en el conjunto de mentiras oficiales, todavía pretenden engañar a la población cuando manifiestan que las cosas van muy bien.

Prueba de ello es el boletín de la fiscalía del Estado en el que da a conocer que los presuntos asesinos del periodista Fredy López Arévalo fueron encontrados asesinados dentro de la cajuela de un vehículo. La primera reacción fue de indignación por la manera en que pretenden dar carpetazo  a ese horrendo crimen que agravia a la sociedad. Pero la segunda reacción es de sorpresa ¿Cómo en el Estado más seguro del país se encuentran cadáveres encajuelados? Sobre todo porque la saña de encajuelar cadáveres es una característica que emplea la delincuencia organizada, realidad que contradice el mundo feliz de Rutilandia.

La situación socio-económica en Chiapas –de pobreza, inseguridad, desempleo, delincuencia organizada y problemas con los migrantes-, amerita tomar decisiones políticas en el más alto nivel de gobierno y no se viene realizando. Durante muchos meses se tuvo como discurso de que a Chiapas le iba a ir muy bien con el gobierno de López Obrador, pero eso no se observa después de tres años de gobierno. Es más, en este gobierno se han tomado decisiones de muchas afectaciones a la entidad, prueba de ello es la cancelación de la Zona Económica Especial en Tapachula, sin que ese programa fuera sustituido por otro, con una inversión similar a la que estaba destinada para estimular la inversión y el desarrollo en la región; otra decisión contraria a los intereses de Chiapas es la ausencia de una política migratoria, lo que ha deteriorado la calidad de vida de los municipios fronterizos; y, por último, la decisión ilegal del despojo del territorio chiapaneco aprobada por la Suprema Corte, en la que el presidente ha guardado silencio, en virtud de que su política ha favorecido a Oaxaca y tiene el compromiso del Gobernador Murat de apoyar a Morena, para que este partido gane esa gubernatura.

El problema mayor que vive Chiapas en este momento, es la ausencia total de autonomía del gobernador Rutilio Escandón frente al gobierno federal. En realidad, nunca ha existido autonomía del Estado frente al centro, pero nunca como ahora, el gobierno de Chiapas se encuentra tan sometido a los designios del presidente. A punto tal, que Rutilio Escandón está convertido en un clon defectuoso de López Obrador.

Chiapas requiere urgentemente de atención política y de inversión económica. Son muchos los problemas de gobernabilidad que hay en todo el territorio, y muchos de estos problemas se debe a la desatención que existe hacia las demandas del campo. Chiapas es un Estado agrícola y este sector no es irrelevante ni debe estar en el abandono en que se encuentra.