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¿Cuántos periodistas más?

Editorial
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La violencia en contra del ejercicio periodístico continúa en México. Son 51 trabajadores de la prensa, en sus distintas modalidades, los que han sido asesinados en lo que va de este gobierno, que, paradójicamente,  por ser producto de un proceso democrático, debiera caracterizarse por el respeto irrestricto a la libertad de expresión y sin embargo, el trabajo periodístico se ha hecho cada vez más inseguro y riesgoso en el país.

Es preciso señalar que el Estado no es el que está asesinando a periodistas; pero la responsabilidad de todos los Estados es la de respetar, proteger y garantizar la libertad de expresión así como la de tomar medidas preventivas para que ningún periodista sea agredido por ejercer el periodismo y eso no se viene realizando. La ausencia de mecanismos para garantizar la libertad de expresión y un ambiente que empieza a criminalizar al ejercicio del periodismo, termina siendo intimidatorio y juega un papel de censura previa y de autocensura, que está prohibida en la Constitución. En este sentido la intimidación y el asesinato de periodistas resultan ser medios indirectos de censura y de violaciones a la libertad de expresión, situación que nos aleja cada vez más para ser una sociedad democrática, sobre todo porque la democracia se construye solo donde hay libertad de expresión.

En México resulta más que obvio que no se está protegiendo a los periodistas, pero lo más grave es que tampoco se respeta su trabajo. A diario vemos cómo el presidente López Obrador ataca a medios y periodistas y lo hace bajo la idea de que él también tienes  derecho a la libertad de expresión y se equivoca. La libertad de expresión es un derecho de los ciudadanos que las autoridades están obligadas a respetar, proteger y garantizar.

La ausencia de protección y de garantía se observa cuando los crímenes de periodistas no son investigados con la debida diligencia. Esto provoca que el 99 % de los crímenes queden impunes. Por eso se ha señalado en reiteradas ocasiones que cada vez que un asesinato de periodista no es debidamente investigado existe un crimen de Estado. Eso es lo que viene sucediendo con estos 51 casos, que se mantienen impunes y el Estado mexicano tiene una responsabilidad internacional.  

Entre esos 51 crímenes de periodistas sucedidos en este gobierno se encuentra el de Fredy López Arévalo, arteramente asesinado a finales del mes de octubre del año pasado, sin que las investigaciones avancen. Lo sintomático de este crimen, que está a punto de cumplir 100 días, es que el gobernador Rutilio Escandón no se ha manifestado al respecto, solo publicó un twiter el día del asesinato y después su silencio, lo que indica el nivel de importancia que tiene para él el papel de la justicia y el esclarecimiento del crimen.  

México, y Chiapas en particular, viven una severa descomposición social, en donde la violencia y la inseguridad suelen ser buenos pretextos para cometer crímenes políticos y hacerlos pasar como asaltos. Lo que significa que van a continuar los agravios y asesinatos.