No hay buenos resultados en seguridad

Editorial
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En plena crisis de inseguridad provocada por los enfrentamientos entre grupos de la delincuencia organizada en distintos puntos del territorio de Chiapas, lo que evidencia el calentamiento de la plaza, ante la pasividad de las autoridades de los tres niveles de gobierno. Durante el actual gobierno, los enfrentamientos armados entre los grupos se han dado en Aldama y Chenalhó, en el municipio de Carranza, en Pantelhó, en Oxchuc, en Pueblo Nuevo, en Rincón Chamula, en Frontera Comalapa y sobre todo las ejecuciones extrajudiciales, en el que falleciera el hijo del “Tío Gil”, el asesinato de Fredy López Arévalo, la ejecución del empresario ganadero Alfredo D´Argence Morell, entre otras ejecuciones.

El gobernador, en distintas ocasiones ha declarado que Chiapas es un Estado seguro lo que lo conduce a una irrealidad social, a punto tal que  lo lleva a ignorar la declaración pasada del EZLN, en el que el gobierno fue señalado por tener alianzas con el narcotráfico. Señalamiento que no es un asunto menor si se relaciona por los distintos hechos delictivos en el que participaron comandantes de la policía en los tiempos en que Jorge Luis Llaven Abarca se desempeñó como fiscal general, en el que fueron notorias las entregas de dinero, y estos repartos continúan con el nuevo fiscal general.

La mesa de seguridad no ha dado buenos resultados, simple y sencillamente porque no existe ningún plan de seguridad y de mejora de la convivencia, que incida en una cultura favorable para la construcción de paz y sobre todo, porque no se implementan acciones preventivas y de protección para evitar la violencia y los enfrentamientos armados. Junto a ello resulta obvio que no hay un sistema de inteligencia policial que se adelante a los acontecimientos.

El comunicado del EZLN no debe echarse a saco roto, pues representa un llamado de atención ante la inacción política del gobierno, que no ha puesto freno al activismo de los grupos paramilitares, que actúan bajo la complacencia del gobierno, y en palabras del EZLN, “solapa y alienta los crímenes” cometidos por estos grupos paramilitares. En el comunicado se deja sentir una advertencia: el EZLN va a tomar las medidas necesarias para detener y sancionar a los responsables del secuestro que sufrieran dos autoridades de la Junta de Buen Gobierno de Patria Nueva, Chiapas. Para luego rematar con el señalamiento: “Ante la acción y omisión de las autoridades estatales y federales frente al crimen actual y los anteriores, toaremos las medidas pertinentes para que se aplique la justicia a los criminales de la ORCAO y funcionarios que los apadrinan”.

Que alguien le explique al gobernador que su administración se encuentra en el punto de ruptura y que para evitar un enfrentamiento mayor, tiene que desmantelar a los grupos paramilitares, que fueron organizados y financiados por el gobierno de Ernesto Zedillo, precisamente con el fin de enfrentar al EZLN y disfrazar estos enfrentamientos bajo el discurso de que son conflictos intercomunitarios.  Las condiciones sociales en Chiapas cada día son más tensas, y la violencia viene escalando ante la indiferencia de un gobierno que prometió la transformación.